Eddy Borrayo se puso la gorra de su sudadera el jueves en la mañana con una sensación de urgencia en su mente.
“Es ahora o nunca y tengo el sentido de que no habrá mañana… porque realmente no hay un mañana”, dijo Borrayo. “Debemos hacer lo que sea hoy para asegurarnos de que todos sean contados”.
La presión que sintió Borrayo fue provocada por el anuncio de la Oficina del Censo de los Estados Unidos de que daría por terminado el Censo 2020 este jueves 15 de octubre por la noche, dos semanas antes de lo anticipado, después de que la Suprema Corte de Estados Unidos dictaminara que tiene las facultades legales para hacerlo.
Las personas aún podían responder al Censo de varias formas:
• En línea, hasta las 4:59 a.m. del viernes en 2020census.gov.
• Por teléfono, hasta la 1 a.m. del viernes, llamando al 844-330-2020 (en inglés), 844-468-2020 (en español).
• El formulario enviado por correo sólo será aceptado si tiene sellos de entregado del jueves 15.
Borrayo ahora teme que Illinois sea gravemente subestimado debido a la interferencia política con el conteo que se hace una vez cada 10 años, lo que podría significar un desastre para el financiamiento que ciudades y poblados reciben del gobierno federal.
El activista pasó la mañana en el lugar denominado Backstretch (en el Hipódromo Hawthorne), en el 3501 S. Laramie Ave., en Stickney, intentando contar la mayor cantidad de personas que él y su equipo podían. Cientos de trabajadores que atienden a los caballos y mantienen los establos viven en la comunidad en Backstretch, dijo Borrayo; muchos de ellos nunca fueron contados.
“Mientras hablamos con algunos de ellos, les decimos que les digan a sus vecinos que salgan y así es como conseguimos que la gente sea contada”, dijo Borrayo. “Estos son los beneficios de ir a buscar a las familias donde se encuentran”.
Rincon Family Services pudo ayudar a más de 100 familias a completar el formulario antes de la fecha límite. Borrayo dijo que ningún trabajador de la Oficina del Censo intentó visitar alguno de estos hogares.
La fecha límite para completar el Censo inicialmente se retrasó del 31 de julio al 31 de octubre porque el gobierno se vio obligado a retrasar el despliegue de los censistas en las comunidades a causa de la pandemia.
Esa fecha límite del 31 de octubre ha sido un punto de discusión en las últimas semanas cuando la administración Trump la cambió abruptamente al 30 de septiembre.
El gobierno dijo que necesitaba cambiar la fecha límite para cumplir con el mandato constitucional de entregar el 31 de diciembre los resultados que permitan hacer los recuentos utilizados para volver a trazar los distritos legislativos estatales y federales.
El Secretario de Comercio, Wilbur Ross, cuyo departamento supervisa la Oficina del Censo, fue demandado por la Liga Nacional Urbana, que exigía que el último recuento se pospusiera hasta el 31 de octubre. Un juez federal estuvo de acuerdo y emitió una orden judicial preliminar para que se respetara la fecha del 31 de octubre.
Ross apeló y perdió. Pero el caso llegó a la Suprema Corte, que dijo que la oficina podría finalizar su conteo antes de tiempo.
La triste tasa de respuesta del 60.6% de Chicago es menor que el 62.5% logrado en 2010 y está muy lejos de la meta de 75% que había impuesto la alcaldesa Lori Lightfoot.
La mayoría de las comunidades negras y latinas también han tenido un desempeño inferior al de 2010 y registraron ahora una tasa de respuesta menor al 40%, lo que es de gran preocupación para grupos como Rincon Family Services.
La noche del jueves, Borrayo se reunió con el congresista federal, Jesús “Chuy” García, demócrata por Chicago, y otros funcionarios electos en Back of the Yards, para hacer un llamado de último minuto a completar el formulario del Censo.
“Estamos aquí hoy para recordarles a todos los que puedan vernos y escucharnos que por favor vengan y participen”, dijo García. “Sus familias, sus vecindarios, su ciudad, sus estados y el país necesitan que ustedes sean contados y ésta es nuestra última oportunidad”.
Manny Ramos es reportero del proyecto ‘Report for America’, un programa de periodismo sin fines de lucro que tiene como objetivo reforzar la cobertura del Sun-Times sobre los problemas que afectan a las comunidades en el sur y oeste de Chicago.