Grupo que aboga por los niños huérfanos dice que hacen falta hombres afroamericanos y latinos como voluntarios

La mayoria de niños en el programa CASA son afroamericanos o latinos pero el grupo de voluntarios es 80% anglosajón

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Darryl Calhoun, a supervisor and advocate for foster children with the group Court Appointed Special Advocates of Cook County — CASA.

Darryl Calhoun es supervisor y voluntario del programa para niños huérfanos.

Tyler LaRiviere / Sun-Times

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Darryl Calhoun y su esposa valoraron su tiempo como padres de crianza, frecuentemente eligiendo darle un hogar a esos niños que el sistema clasifica como “difíciles.”

Formaron una buena relación con uno de los niños que varias veces fue asignado a su hogar, y lo trataron de adoptar, pero fueron rechazados, Calhoun dice, en parte por la percepción negativa que se tiene de las familias afroamericanas y, en particular, de los hombres afroamericanos como padres adoptivos.

“No nos reconocían en ese tiempo como candidatos viables para la adopción o para ser padres de crianza temporales de niños de nuestra misma raza o incluso de niños blancos,” dijo.

Motivado por ese rechazo, Calhoun buscó involucrarse más en los casos de niños huérfanos y añadir la perspectiva afroamericana al proceso adoptivo. Se convirtió en un voluntario de Court Appointed Special Advocates of Cook County (CASA, por sus cifras en inglés), una organización que entrena voluntarios a abogar por los derechos de los niños en el condado que hayan pasado por experiencias de abuso o negligencia.

Calhoun, ahora un supervisor y voluntario con CASA, dice que se dio cuenta que había una escasez de voluntarios afroamericanos que la sigue existiendo a más de diez años de estar con el programa.

CASA tiene un total de 340 voluntarios para 650 niños, según Bonita Carr, directora ejecutiva del programa. Alrededor del 80% de los voluntarios son hombres y mujeres anglosajones, mientras el 61% de los niños en el programa son afroamericanos y el 18% son latinos, según CASA. La mayoría de los niños son menores, de entre cero y 11 años de edad.

Calhoun dice que algunos hombres afromericanos podrían pensar que no tienen las credenciales para ser voluntarios o que algo en sus antecedentes se los puede impedir.

“Si queremos a más hombres afroamericanos tenemos que identificar las barreras que enfrentan, en vez de nomas decir, ‘Ah, eres un hombre afroamericano, te necesitamos. Deberías estar haciendo esto,’” Calhoun dice.

Muchos niños en el programa están buscando la presencia de un hombre adulto en sus vidas, según Calhoun — alguien a quien puedan ver como una figura paterna y confiarles los detalles de su vida.

Carr dice que los niños en hogares de acogida necesitan estar alrededor de gente como ellos.

“Si tú vez a un doctor afroamericano, creerás que puedes lograr lo mismo porque te puedes identificar con esa persona,” ella dice. “Es extremadamente importante para nuestros niños que puedan ver a gente que se parezca a ellos para conectar mejor.”

Voluntarios de CASA típicamente se encargan de un niño o un conjunto de hermanos o hermanas, por un promedio de 10 horas al mes en cada caso. Están requeridos a reunirse con los niños una vez al mes y tener un compromiso de al menos un año. Los voluntarios informan al juez a cargo de sus casos sobre las necesidades que tienen los niños y si recomiendan regresarlos con sus padres o ponerlos en adopción.

Como mentores, los voluntarios a menudo son el único factor constante en la vida de niños con muchos trastornos, según Carr.

“Ellos están enfrentado el momento más traumático de sus vidas, y es importante que alguien sepa de la música que escuchan o por lo que sea que estén pasando,” ella dice.

Anibal Vega, director de entrenamiento y participación comunitaria de CASA, dice que un mentor lo ayudó cuando estaba creciendo entre las pandillas en el vecindario de Humboldt Park.

“Ellos dijeron, ‘Oh, Anibal es un gran líder, un gran comunicador, deja me lo llevo de aquí y ponerlo en un lugar positivo’,” dice Vega, quien a trabajado para otras organizaciones comunitarias incluyendo Boys and Girls Clubs y Back of the Yards Neighborhood Council.

Vega, cuya familia viene de Puerto Rico, dice que fue clave en su desarrollo tener a alguien que se pareciera a él y que conociera su comunidad.

“A nuestros jóvenes la sociedad los juzga muy rápido,” Vega dice. “Siendo un hombre latino trabajando con otros latinos, yo puedo entenderlos, me puedo relacionar a ellos, y puedo hacer la mejor recomendación para ese joven porque no los juzgo por su entorno.”

El dice que aprecia cuando personas de otras comunidades se hacen voluntarios pero también “necesitamos que nuestra propia gente abogue por nosotros porque ellos saben quiénes somos culturalmente, y lo saben porque vienen de la misma comunidad.”

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