Las iglesias católicas se preparan para ofrecer misas con asistencia limitada

La Arquidiócesis de Chicago emitió una guía que limita la asistencia al 15% de su capacidad, con un máximo de 50 asistentes. En la diócesis de Joliet, las reglas son similares.

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Las iglesias del área de Chicago se están preparando para ofrecer servicios con asistencia limitada a fieles, por primera vez en casi tres meses.

Aunque la semana pasada el Gobernador J.B. Pritzker decidió permitir los servicios religiosos con asistencia del público, muchas iglesias procedieron con cautela. Y las restricciones permanecen en Chicago, aunque algunas congregaciones se han reunido desafiando esa orden, arriesgándose a citas y multas.

La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, dijo el miércoles que continúa hablando con líderes religiosos para establecer reglas para los servicios con asistencia y espera emitir esas pautas para este fin de semana, por lo que las restricciones podrían reducirse.

El Obispo Ron Hicks, vicario general de la Arquidiócesis de Chicago, envió una carta a los líderes de la iglesia esta semana con una serie de medidas que deben seguir en la misa dominical con asistencia del público.

El plan es parte de la ‘Fase 2’ de reapertura de la Iglesia, que permite la realización de misas públicas con restricciones, así como una mayor asistencia a bodas, bautizos y funerales.

“Reconocemos el deseo de conocer las pautas específicas para otros sacramentos y celebraciones como las quinceañeras, que se permitirán en la Fase 2”, dijo Hicks en la carta. “Eso ocurrirá después. En este momento, nuestro enfoque está en reanudar la celebración de misas”.

La Arquidiócesis de Chicago dijo que limitará la asistencia al 15% de la capacidad total de asientos, con no más de 50 asistentes, al menos durante la primera semana. La razón es permitir que los equipos organizados de la reapertura adquieran más experiencia en el manejo y en la seguridad de sus fieles, dijo Hicks.

Después de la primera semana, la capacidad disponible de una iglesia puede aumentar hasta un 20%. Las parroquias deben usar algún tipo de sistema de reserva, ya sea en línea o por teléfono, para monitorear y limitar adecuadamente la asistencia. Los sistemas de reserva pueden variar de una iglesia a otra.

Las parroquias también deberán conservar los registros de asistencia para dar seguimiento posterior, sobre todo si se confirma un caso COVID-19 en la congregación.

Las Iglesias deben mantener pautas de distanciamiento social y han pedido a sus voluntarios que desinfecten constantemente. Aún así, se les ruega a personas mayores y a las personas que tengan otros problemas médicos, a que se queden en casa y continúen participando en las misas transmitidas en vivo por internet o que son televisadas.

Los feligreses también deben seguir algunas reglas, que incluyen el uso de máscaras faciales, ingresar solo por las puertas marcadas, esperar a que un alguien los registre y que les indiquen dónde sentarse.

Los feligreses no pueden cambiar de asiento durante el servicio. No se pasará ninguna canasta de ofrendas y no habrá ningún intercambio de saludos durante las misas.

Los obispos católicos de todo Illinois trabajaron junto con expertos en salud para desarrollar este plan. En Joliet, el plan es muy similar.

“Los planes, aunque son únicos para cada diócesis, solicitan que cada parroquia tenga un plan que incluya procedimientos para desinfectar los espacios de adoración, controlar los asientos y organizar la entrada y salida de manera que se minimice cualquier contacto; por eso tendrán una capacidad de asistencia reducida”, explicó Alex Rechenmacher, portavoz de la diócesis de Joliet.

El reverendo Floyd James, de Greater Rock Missionary Baptist Church, continuará con el servicio virtual el próximo domingo, pero permitirá el ingreso de 10 personas a su iglesia.

“Haremos un control de temperatura en la puerta, todos los que entren necesitarán una máscara o les proporcionaremos una y estamos estableciendo el distanciamiento social en la colocación de nuestros asientos”, dijo James. “Estamos tomando precauciones porque todos queremos proteger a nuestros feligreses y a toda nuestra comunidad”.

Incluso si las restricciones se alivianan en Chicago, el reverendo Reginald Bachus dijo que no está listo para recibir servicios con asistencia de personas.

La mayoría de su congregación en la Iglesia Bautista de la Amistad, 5200 W. Jackson Blvd, tiene más de 60 años.

“Esperamos comenzar a tener servicios con asistencia de personas en julio; probablemente tendremos dos servicios y exigiremos que las personas se registren con tiempo”, dijo Bachus. “También recopilaremos números de teléfonos y nombres de personas que asisten, para avisarles en caso de que haya posibilidad de un contagio”.

Contribuyó a este artículo: Fran Spielman

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