COLUMNA: Reabren tres tiendas de Walmart saqueadas en el sur de Chicago

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Tres tiendas Walmart de Chicago reabrieron el miércoles, casi dos meses después de que fueran saqueadas y destrozadas durante los disturbios civiles que siguieron al asesinato de George Floyd.

En el Walmart Neighborhood Market de la 76th y Ashland, en Auburn Gresham, los clientes estaban tan ansiosos por comprar en su propia comunidad nuevamente que comenzaron a hacer fila afuera de la tienda una hora antes de la apertura programada. Los empleados tuvieron que abrir más temprano para acomodar a la multitud.

“Nunca me sentí tan bien por gastar $300 en Walmart”, dijo Tasha Holiday mientras regresaba a su automóvil con su segunda compra de la mañana.

Se trató de una multitud muy diferente a la que irrumpió en esa misma tienda a finales de mayo y rompió las cajas registradoras, despojó los estantes de productos y destrozó todo.

El concejal David Moore (distrito 17) estuvo ahí aquella noche con la policía tratando de frenar a la multitud, y regresó a la tienda en la madrugada del miércoles para saludar a un grupo de compradores mayores de edad que buscan abastecerse de comestibles, artículos de limpieza y, por supuesto, papel de baño.

Moore dijo que los esfuerzos de la policía ayudaron a evitar que la tienda sufriera más destrucción. A diferencia del Walmart Supercenter en Chatham, esta tienda de Auburn Gresham no fue incendiada por los saqueadores.

Tal como estaban las cosas, Moore esperaba que la tienda tardara mucho más tiempo en reabrir. “El impacto fue muy grande”, dijo.

Esa noche de mayo, Moore dijo que vio autos con placas de Indiana y Wisconsin que ingresaban al estacionamiento de Walmart con personas que no estaban interesados en escuchar lo que él les decía.

“No conocían al concejal David Moore. Vieron una oportunidad y la aprovecharon”, dijo Moore.

Pero muchas de las personas que llegaron el miércoles sí conocían a Moore, que estuvo promoviendo la reapertura de la tienda en sus redes sociales.

Entre ellos estaban clientes como Lizmarie Wallace, de 78 años, que se paseó por la tienda en una silla de ruedas motorizada y compró toallitas desinfectantes y papel higiénico.

Le pregunté qué pensaba de la noche en que saquearon la tienda.

“No quieres saber lo que pensé”, respondió Wallace, dejando en claro con su tono de voz lo que realmente pensaba. Insistí.

“Pensé que estaban haciendo algo realmente estúpido”, dijo Wallace. “No pensaron en las personas mayores. No pensaron en la gente del barrio. Solo pensaban en la venganza”.

Otros clientes expresaron opiniones similares.

“Si este es tu barrio, ¿por qué querrías arruinarlo?”, dijo Joylene Henderson.

Pero Moore dijo que entendía la ira y frustración desatadas esa noche.

“Cuando sale el dolor, ¿qué hacen las personas heridas? Lastiman a otras personas”, dijo. “Tenemos que detener ese dolor”.

Moore dijo que los jóvenes que crecen en Auburn Gresham ven muchos de los mismos lotes baldíos que él veía cuando se mudó ahí en la década de los setentas, cuando tenía 11 años.

“Mucho de esto es un asunto generacional. Y debido a que no nos ocupamos de muchas cosas entonces, está explotando ahora”, dijo.

Con Walmart cerrado los residentes de esta comunidad necesitaban recorrer millas para hacer sus compras.

“Hay muchas personas mayores que necesitan de esta tienda”, dijo Tawanda Perry, quien trabaja en la entrada del supermercado, en su nuevo puesto de “embajadora de la salud”.

Su trabajo consiste en recordarle a los clientes que deben utilizar un cubrebocas y que sigan las pautas de distanciamiento social.

También se volvió a abrir el miércoles el Walmart Kenwood Neighborhood Market en la 47th y Cottage Grove y su Supercentro de Hermosa, en el 4626 W. Diversey.

Las tiendas de Walmart en Chatham y Austin, que sufrieron daños mucho más graves, tienen programada su reapertura hasta noviembre.

A raíz de la destrucción inicial, algunos temían que Walmart nunca volviera a abrir en esas comunidades, pero los ejecutivos de la compañía rechazaron esa posibilidad el mes pasado tras reunirse con funcionarios de la ciudad.

Pero en todo el sur de Chicago muchas otras empresas permanecen cerradas. Al otro lado de la calle donde está Walmart, la tienda de Dollar Tree permanece cerrada al igual que un Walgreens que está un poco más abajo por esa misma calle.

Moore espera que Walgreens sea el próximo en reabrir, pero seguramente se da cuenta de que otros negocios nunca lo harán, incluso cuando me dice que lo que su comunidad realmente necesita es una inversión de un billón de dólares.

Mientras caminaba hacia su automóvil para descargar su carrito de compras, Rodney Smith, de 59 años, hizo una pausa para reflexionar sobre lo que sintió aquella noche de los saqueos mientras la sorpresa y la vergüenza se extendían por la ciudad, pero también habló sobre los incidentes de violencia contra hombres negros que desató el caos.

“Espero que nunca vuelva a ocurrir”, dijo Smith. “Espero que ese tipo de cosas nunca vuelvan a ocurrir. No es bueno para nadie”.