Una nueva política del Departamento de Policía de Chicago que intenta limitar cuándo los policías persiguen a un sospechoso a pie entra en vigencia esta semana, y los activistas dicen que las nuevas reglas todavía les dan a los policías demasiada libertad para escalar incidentes menores y convertirlos en interacciones fatales.
Los activistas se reunieron el miércoles frente a la sede de CPD en Bronzeville para protestar las deficiencias de una política “provisional” que fue anunciada el mes pasado por el departamento, pocas semanas después de los fatales tiroteos policiales de Adam Toledo, de 13 años, y Anthony Alvarez, de 22, quienes fueron baleados mientras corrían de los oficiales.
Al alejarse de la conferencia de prensa, Cynthia Lane, con lágrimas en los ojos, habló con un periodista con su nieto de 9 años, Roshad McIntosh Jr., a un lado.
El hijo de Lane, Roshad McIntosh Sr., murió en 2014 después de una persecución policial que comenzó cuando la policía se acercó a un grupo de personas reunidas en la cuadra 2800 al oeste de Polk Street y McIntosh huyó. El oficial Robert Slechter lo persiguió y le disparó porque supuestamente McIntosh le había apuntado con un arma. Tanto el departamento como la Oficina Civil de Responsabilidad Policial (COPA) dictaminaron que el tiroteo estaba justificado.
“No creo que (la policía) tenga una política que estén siguiendo, y no están siendo monitoreados bien, para que esto siga sucediendo”, dijo Lane el jueves. “No es necesario que siga sucediendo”.

Arewa Karen Winters, tía abuela de Pierre Loury, quien fue asesinado por la Policía de Chicago en abril del 2016, pone su brazo sobre Cynthia Lane y su nieto de 9 años mientras se discute la nueva política de persecución a pie del Departamento de Policía de Chicago durante una conferencia fuera de la sede de CPD en el lado sur, el miércoles por la mañana, 9 de junio del 2021.
Ashlee Rezin García/Sun-Times
La política anunciada en mayo no incorpora sugerencias de un panel de la alcaldía encargado de hacer recomendaciones sobre cómo CPD maneja el uso de la fuerza de parte de los oficiales, dijo Nusrat Choudhury, directora legal de ACLU Illinois y miembro del Grupo de trabajo sobre el uso de la fuerza.
Los agentes todavía pueden perseguir a sospechosos por delitos menores, sin una declaración clara en la política de que tales actividades son “intrínsecamente peligrosas”, dijo Choudhury. El departamento tampoco requiere que los oficiales documenten cada persecución a pie, ni proporcionen razones para perseguir a alguien.
Los miembros del público tienen hasta el 15 de julio para comentar sobre la política de persecución a pie, información que el departamento puede incorporar a una política permanente.
Los cambios a las órdenes departamentales fueron requeridos por un monitor federal, que encontró que CPD carecía de reglas adecuadas para las persecuciones a pie.
Las estadísticas son incompletas, dijo Sheila Bedi, profesora de derecho de la Universidad de Northwestern y directora de la Clínica de Derechos Civiles y Justicia Comunitaria de la facultad de derecho.
Una revisión de las imágenes de las cámaras corporales mostró unas 600 persecuciones policiales que no fueron identificadas en los datos de CPD, dijo Bedi. El monitor había requerido que el departamento implementara una política final el 1 de julio.
“Esta no fue una respuesta al tiroteo de Adam Toledo, o [el tiroteo de] Anthony Alvarez. Este era un problema que se había identificado mucho antes de eso”, dijo Bedi. “Existe una mitología de que la policía está ahí para perseguir a los malos. Hay otras formas de detener a alguien, si es necesario, que son mucho menos peligrosas para el oficial, la persona y la comunidad”.