Después de ocho años siendo bibliotecaria en Reilly Elementary en el lado noroeste, Brenda García se mudó a una escuela en Pilsen, donde se crió y aún vive.
Cuando llegó a Cooper Dual Language Academy en su vecindario del lado suroeste, vio señales claras de una escuela sin personal bibliotecario durante casi una década: algunos niños no sabían cómo encontrar libros que les atrajeran, muchos carecían de habilidades de computadora claves y la mayoría no podía descifrar los hechos de la ficción en el internet.
“Muchas veces, las escuelas no entienden cuánto aporta un bibliotecario porque nunca han tenido uno”, dijo García.
Ella y otros bibliotecarios están preocupados de que eso sea cierto para la mayoría de los estudiantes de las Escuelas Públicas de Chicago en un momento en el cual la alfabetización es vital para la recuperación de la pandemia y la desinformación pública aparentemente está en su punto más alto.
El tercer sistema de escuelas públicas más grande de la nación con 290,000 estudiantes en 513 escuelas, CPS está rondando alrededor de solo 90 escuelas con bibliotecarios a tiempo completo, según muestran los registros de personal y presupuesto. Eso deja a más de 400 escuelas sin uno, incluyendo aproximadamente el 82% de las escuelas primarias.
Hay bibliotecarios en solo el 10% de las escuelas donde los estudiantes negros son el porcentaje más grande, en comparación con el 25% de las escuelas con estudiantes blancos, y el 21% con estudiantes latinos, según un análisis realizado por el Chicago Sun-Times y un investigador del Sindicato de Maestros de Chicago.
La caída de las bibliotecas escolares durante la última década ha sido precipitada. Los defensores de las bibliotecas escolares recuerdan una cita de 2012 del reverendo Jesse Jackson mientras luchaba contra el cierre de escuelas que carecían de recursos. “Hay 160 escuelas de CPS sin bibliotecas; 140 de ellos están al sur... Eso es apartheid”, dijo Jackson entonces.
Hoy, los defensores dicen que estarían encantados con esos números.
Ocho escuelas más despidieron a sus bibliotecarios este verano. Entre las salidas se encontraban dos de los bibliotecarios más queridos y respetados del distrito. Otras escuelas están buscando contratar a un bibliotecario para el otoño, pero no lo suficiente como para hacer gran diferencia en los números generales del distrito.
A lo largo de los años, las escuelas mayoritariamente negras en los lados sur y oeste han sido las más afectadas por la pérdida de inscripciones y, posteriormente, la pérdida de fondos, y los bibliotecarios estuvieron entre los primeros puestos que eliminaron muchos directores.
Mary Beck, ex directora de una secundaria que ahora dirige la oficina de enseñanza y aprendizaje del distrito, dijo que los bibliotecarios son una parte clave de cualquier estrategia de alfabetización y que el distrito continuará consultando a los directores para evaluar las prioridades de financiación en los próximos años.
Beck agregó que algunas escuelas sin bibliotecas pueden tener colecciones de libros en el salón configuradas y que miles de opciones de lectura electrónica están disponibles para los estudiantes en las tabletas proporcionadas por la escuela.
“No estamos ignorando esto de ninguna manera”, dijo Beck. “Pero solo estamos tratando de descubrir cuál es el mejor camino a seguir”.
Sobre las disparidades raciales, Beck dijo que los funcionarios estudiarán si las tasas de alfabetización han disminuido en las escuelas sin bibliotecarios.
Chicago no está solo en el recorte de bibliotecarios.
A nivel nacional, ha habido una disminución del 20% en los puestos de bibliotecarios escolares durante la última década, según investigadores de Seattle que exploran el cambio. En 2018-19, el último año escolar completo antes de la pandemia, al menos uno de cada cinco distritos escolares en todo el país no tenía bibliotecarios, lo que afectó a más de 7 millones de estudiantes.
Los distritos con la mayor cantidad de estudiantes en situación de pobreza tenían casi el doble de probabilidades de no tener bibliotecarios, al igual que aquellos con la mayor cantidad de estudiantes de inglés como segundo idioma, encontraron los investigadores.
“Si los bibliotecarios escolares van a tener un futuro a largo plazo en la educación pública de los EE.UU., la comunidad bibliotecaria escolar necesita comprender mejor las percepciones, los valores y las prioridades de quienes toman las decisiones sobre el personal”, escribieron los investigadores.
Eso parece ser un problema en algunas escuelas de CPS, donde Wiltse dijo que a menudo siente que incluso los padres y los compañeros maestros tienen una imagen anticuada de los bibliotecarios como si fuera una mujer canosa que grita sobre los libros vencidos.
Los bibliotecarios también suelen estar equipados con títulos de maestría, lo que los ubica más arriba en la escala salarial de CPS y los hace más costosos para los directores que buscan formas de ahorrar dinero.
Pero la investigación muestra que los beneficios de los bibliotecarios escolares modernos son claros. Son clave para ayudar a los estudiantes a leer: la lectura regular y la alfabetización a nivel de grado son vitales para todos los aspectos del éxito educativo y de vida de un estudiante, y también enseñan habilidades tecnológicas, alfabetización de computadoras, seguridad en línea y más.
García dijo que sus primeros estudiantes en Cooper no eran expertos en las habilidades principiantes de la computadora, como copiar y pegar texto, descargar imágenes en una computadora, crear presentaciones o el uso básico de una hoja de cálculo.
Ella también fue su primera introducción a la robótica y la codificación.
“Somos caros, y lo sé”, dijo. “Pero estoy haciendo el trabajo de tres personas, por eso vale la pena”.
Leslie Westerberg, una de las personas despedidas recientemente, dijo que los bibliotecarios también ayudan a los estudiantes con proyectos de investigación y a encontrar información precisa en internet.
“Teniendo en cuenta todo lo que sucedió en los últimos cinco años, como la forma en que las personas usan internet no solo para difundir información errónea sino también para difundir el odio y organizar la violencia, este es el momento en que necesitamos desesperadamente tener a bibliotecarios para instruir a nuestros estudiantes sobre cómo evaluar la información”, dijo.
El Sindicato de Maestros de Chicago exigió que CPS contratara a un bibliotecario para cada escuela en sus negociaciones de 2019 que incluyeron una huelga de 11 días. No se llegó a un acuerdo sobre ese tema.
Al igual que con muchos trabajos, CPS ha dicho que es difícil encontrar bibliotecarios para ocupar los puestos.
