Estela Nava lleva 40 años trabajando en la limpieza. En ese tiempo, ha pasado de trabajar en el Congress Hotel a limpiar escuelas y casas. Nava dice que durante su carrera le han pagado mal, le han gritado y le han faltado al respeto.
Harta de los abusos que ha soportado, Nava ha puesto en marcha una cooperativa de trabajadoras de la limpieza en el lado sureste llamada Mujeres Brillantes Cleaning Co-op.
Propiedad de Nava y otras dos mujeres inmigrantes, Esmeralda Gutiérrez y Mairim Fernández, la cooperativa fue anunciada el lunes en el Ayuntamiento con el apoyo de la Comisionada del Condado de Cook, Alma Anaya, y la concejal Susan Sadlowski Garza (10º).
La cooperativa, la primera de su tipo en el lado sureste, ha estado planeándose durante tres años con la ayuda de la Ciudad de Chicago y el Centro de Trabajadores Unidos.
La formación de una cooperativa es diferente a la de una empresa típica porque los trabajadores también están a cargo de tomar todas las decisiones relacionadas con el salario, las condiciones de trabajo y las negociaciones con los lugares que los contratan por sus servicios.
Sadlowski Garza dijo que el anuncio era “largamente esperado” porque las trabajadoras de la limpieza suelen ser explotadas por las grandes empresas que las emplean.
“Esto es realmente importante porque se trata de trabajadoras que siempre han estado en segundo plano, trabajadoras que han sido explotadas, trabajadoras que han sido parte del robo de sueldo, y ahora estamos trayendo a esas trabajadoras a la vanguardia”, dijo. “Y están asumiendo y formando su propio negocio con ayuda de la Ciudad de Chicago”.
Las tres copropietarias se formaron en los últimos años para empezar su propio negocio.
“No vamos a sufrir más abusos”, dijo Nava, con lágrimas en los ojos. “Seremos libres de hacer lo mejor posible”.
Sadlowski Garza dijo que el lado sureste es un área “orientada a los trabajadores”.
“Los movimientos impulsados por el pueblo siempre han salido del Distrito 10”, dijo. “Estamos empoderando a nuestra gente para que tenga su propio negocio y tome sus propias decisiones”.
Esta es la segunda cooperativa que se pone en marcha en el lado sureste. La primera fue un grupo de mujeres con un negocio de salsas.
“Vamos a hacer que se respeten las promesas que hacen en cuanto a la paga y el trabajo”, dijo Nava. “Sé que estoy vieja, pero uno nunca es demasiado viejo para hacer lo que quiere”.