Es sabido que la cafetería “Lumes Pancake House”, en Morgan Park, en el sur de Chicago, está lleno de gente de todas las edades los domingos por la mañana. Ahí van desde feligreses hasta familias y grupos de amigos.
Pero el domingo, casi una hora antes cerrar, este popular lugar de desayunos fue rociado a balazos, dejando un muerto y cuatro heridos.
A la 1:50 p.m. un hombre estaba comiendo debajo de una carpa al aire libre en el patio de Lumes Pancake House, en el 11601 S. de Western Ave., cuando una camioneta blanca se detuvo y disparó en su dirección, confirmaron la Policía de Chicago y los bomberos.
El hombre de 31 años fue impactado varias veces y llevado a un hospital local, donde fue declarado muerto. La policía cree que él era el objetivo del tirador.
Otras cuatro personas también resultaron heridas. El concejal Matt O’Shea (distrito 19) dijo que un oficial le aplicó una banda a un herido de bala para detener el sangrado y “pudo haber salvado una vida”.
Un hombre y una mujer, ambos de 32 años, recibieron un disparo en las piernas y fueron trasladados al hospital Christ Medical Center en Oak Lawn, donde fueron se encuentran estables. Una mujer de 43 años recibió un disparo en el abdomen y el trasero y fue trasladada al mismo hospital; también está estable.
Otra mujer, de 30 años, recibió un disparo en el pie, dijo la policía. Estaba en buenas condiciones en el Hospital Little Company of Mary.
No está claro todavía si las víctimas estaban juntas en el restaurante.
Justin Davis, de 20 años, dijo que estaba sentado en el patio trasero de su casa cuando escuchó al menos “30 disparos”.
“Nunca antes había escuchado algo así”, dijo Davis, quien vive en la calle de Lumes Pancake House. “Esto es una locura”.
Davis salió corriendo para ver qué ocurría. Vio gente que salía corriendo de Lumes Pancake House, incluidos niños y mujeres mayores.
“¿[En] un restaurante como Lumes? ¡Por favor!”, dijo Davis. “En un barrio como este, generalmente no ocurren cosas así. Definitivamente tenemos que estar más atentos; así es como empiezan las cosas”.
El concejal O’Shea, que estuvo en el lugar toda la tarde, dijo que “la violencia sin sentido debe terminar”.
“Todos los habitantes de Chicago deberían poder salir a comer sin miedo”, dijo O’Shea en un comunicado. “El incidente de hoy fue una tragedia terrible y debemos trabajar juntos para que los responsables rindan cuentas”.
O’Shea también suplicó a su comunidad que cualquiera que pudiera tener información sobre el tiroteo del domingo se presente ante la policía para colaborar.
“Necesitamos su ayuda para prevenir más violencia y pérdida de vidas”, dijo O’Shea. “Necesitamos asociarnos con la policía y necesitamos apoyarlos”.
El tiroteo se produce después de que seis personas resultaran heridas, incluido un joven de 17 años, durante un tiroteo el miércoles pasado por la noche en un estacionamiento en Gresham, en el sur de la ciudad.
Los detectives del Área Dos investigan el caso.