Los empleados de la tortillería El Milagro que protestaron por presuntas violaciones laborales el mes pasado al salirse del trabajo han presentado quejas sobre la empresa ante las agencias laborales estatales y municipales.
La organización Arise Chicago dijo que los trabajadores han presentado quejas ante la Oficina de Normas Laborales de la ciudad y el Departamento de Trabajo de Illinois. Los trabajadores, que han obtenido el apoyo de varios políticos, han denunciado condiciones abusivas y acoso sexual en El Milagro, que tiene ubicaciones en Pilsen y La Villita.
La queja presentada ante la Municipalidad el mes pasado alega que la compañía ignora las ordenanzas sobre los días de enfermedad pagados y los horarios de trabajo, dijo Arise Chicago. Agregaron que la presentación ante el estado se realizó a mediados de octubre y los trámites acusan a la compañía de violar una ley que exige al menos un día libre por semana.
El mes pasado, los trabajadores también presentaron una queja ante una agencia federal, la Junta Nacional de Relaciones Laborales.
Un portavoz del Departamento de Trabajo del estado dijo que se está llevando a cabo una investigación de El Milagro y no tenía más comentarios. No se pudo contactar a un representante de la Municipalidad.
Un hombre que contestó el teléfono en El Milagro dijo que no había nadie disponible para responder a las acusaciones.
Los trabajadores le han dicho a Arise Chicago, un grupo sin fines de lucro que apoya los derechos de los trabajadores, que deben mostrar una nota del médico o una receta cuando toman un día de enfermedad pagado. Luego, la empresa decide si pueden regresar al trabajo, una práctica que los empleados sostienen equivale a un castigo por tomarse el día libre.
Los trabajadores también dijeron que algunos de ellos han sido suspendidos hasta por una semana por tomar días por enfermedad.
El reverendo C.J. Hawking, director ejecutivo de Arise Chicago, dijo que las prácticas de la compañía “son similares a las condiciones de trabajo al nivel de explotación laboral que Estados Unidos prohibió hace un siglo”.
Contribuyendo: Tom Schuba