Empleados de las bibliotecas no están incluidos en la Fase 1B de vacunas

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Corina Pedraza se considera una trabajadora esencial de primera línea, ya que las sucursales de bibliotecas públicas en Chicago se han convertido en centros de distribución de alimentos, abrigos y equipos de protección personal durante la pandemia de coronavirus.

Pero los trabajadores de la biblioteca se quedaron fuera de la distribución de la vacuna de la Fase 1B, que abrió la elegibilidad el 25 de enero a ciertos trabajadores esenciales, como los de las industrias de fabricación y transporte público. Pedraza dijo que los trabajadores pensaron que serían parte del grupo 1B, pero luego se les dijo que tendrían que esperar hasta que la Municipalidad llegara a la Fase 1C.

“Como parece que no hay consenso entre los líderes de la ciudad, los trabajadores de las bibliotecas se preguntan cuándo, si es que alguna vez, seremos tratados con dignidad por la Municipalidad a la que seguimos arriesgando nuestra salud para servir durante la pandemia”, dijo Pedraza durante una conferencia de prensa virtual el jueves.

Ella y otros trabajadores de la biblioteca ahora están presionando para que se incluyan en la Fase 1B o para que la Municipalidad implemente un programa de recolección. A los trabajadores se unieron un grupo de concejales que apoyan que los empleados de la biblioteca avancen en la línea de vacunación.

“Dada la índole de este trabajo de cara a cara con el público, es fundamental que tengan acceso a la vacuna COVID-19 junto con otros trabajadores esenciales de primera línea”, dijo el concejal Matt Martin del distrito 47.

En un comunicado, los funcionarios de las Bibliotecas Públicas de Chicago dijeron que no haría un programa en lugar de los servicios actuales porque “afectaría de manera desproporcionada a los habitantes de Chicago de bajos ingresos y a las personas de color”. La agencia argumentó que un programa de distribución al aire libre también podría aumentar el contacto en persona más que los protocolos vigentes. La biblioteca dijo que los empleados se incluirán en el plan de vacunación de la Fase 1C de la ciudad, y explicó que es menos probable que otros trabajadores delante de ellos puedan mantener distancia social o usar máscaras.

“La alcaldesa Lightfoot ha reconocido repetidamente el trabajo esencial del personal de la biblioteca, y estamos ansiosos por que nuestro personal se vacune”, según el comunicado de las Bibliotecas Públicas de Chicago.

Las sucursales de las bibliotecas cerraron inicialmente durante unos meses durante la pandemia del coronavirus, pero las instalaciones reabrieron en junio pasado, según el sitio web de la biblioteca.

Las Bibliotecas Públicas de Chicago emplean a 1,018 trabajadores y 53 dieron positivo por COVID-19, según la Municipalidad. El rastreo de contactos encontró que tres casos estaban relacionados con el trabajo y otros cuatro casos estaban no determinados, según el comunicado de las Bibliotecas.

Cortesía

Mark Kaplan, un bibliotecario en el vecindario de Uptown, dijo que su sucursal tuvo que cerrar al menos una vez durante la pandemia debido a la exposición al COVID-19. Y con la posibilidad de variantes del virus, Kaplan dijo que será difícil lograr que el público use dos máscaras cuando algunos tienen dificultades para usar una máscara correctamente.

“El personal de la biblioteca está desmoralizado y asustado”, dijo Kaplan. “Todos los días en el trabajo se sienten riesgosos y no soy el único que tiene miedo de llevar el virus a casa con mi familia”.

En todo el estado, otros condados como Rock Island y Winnebago han hecho que los trabajadores de las bibliotecas sean elegibles para las vacunas en la Fase 1B, según una lista compilada por la Asociación de Bibliotecas de Illinois.