Felipe Vallarta, un querido elotero que lleva años vendiendo todo desde elotes hasta tamales en una esquina de Rogers Park, fue hospitalizado el mes pasado con COVID-19 y en este momento se encuentra en coma inducido.
Cuando no vendía elotes Vallarta trabajaba a medio tiempo en un restaurante, dijo su nieta, Jany Andrade.
Vallarta, de 60 años, no tiene seguro médico, y Andrade creó una página de GoFundMe para cubrir sus gastos médicos.
A Vallarta se le diagnosticó COVID-19 a mediados de abril, sólo cinco días antes de que se le administrara la primera dosis de la vacuna, dijo Andrade. Lo trasladaron a la Unidad de Cuidados Intensivos y lo pusieron en coma inducido el 25 de abril.
“Fue muy duro para mí verlo en el estado en que se encontraba, no podía respirar ni hablar con normalidad. Era muy difícil siquiera decir una palabra”, dijo Andrade. “Lo último que nos prometimos fue que no iba a dejar de luchar, que iba a seguir luchando a nuestro lado y que no nos iba a dejar”.
La esposa de Vallarta, Zenaida Castillo, dijo que planea devolver su puesto en la esquina de la avenida Rogers y la calle Clark el martes, después de unas semanas difíciles tras el diagnóstico de Vallarta.
“La verdad es que nunca he vivido con depresión y no quiero aceptarlo, pero estos días me he acostado muy tarde y no me siento normal. No estoy bien”, dijo Castillo.
“Es más triste que difícil”, dijo Castillo sobre regresar al trabajo sin su marido. “Hemos trabajado juntos durante años; él siempre sabía lo que tenía que hacer y yo lo que tenía que hacer... nos entendíamos muy bien”.
Castillo dijo que está agradecida por los donantes que han contribuido a la página de GoFundMe (que ha recaudado casi $7,000 de su objetivo de $25,000), así como por los amigos y clientes que le han ofrecido sus mejores deseos.
“[Me dicen] que lo echan mucho de menos, que quieren que vuelva a vender. La gente nos pregunta a mi hija y a mí que qué estamos haciendo y dónde hemos estado. Dicen que quieren comer nuestros tamales y elotes”, dijo Castillo.
La familia de Vallarta en Chicago lo ha estado llamando vía Zoom todos los días, y conectándolo con familiares en México de la misma manera, dijeron Andrade y Castillo.
“Ha estado con un sedante porque está mentalmente ahí y puede oírnos, y ha estado muy ansioso y su cuerpo se ha movido mucho”, dijo Andrade. “Han tenido que darle más sedación, porque quiere despertarse”.
A Vallarta le queda una semana más antes de que los médicos consideren despertarlo del coma, según Castillo. Hasta entonces, dijo que sólo espera que sepa lo mucho que lo quieren su familia y sus amigos.
“Toda su familia está preocupada por él, especialmente sus hijos y nietos; todos queremos que se mejore, si Dios quiere”, dijo Castillo. “Hay mucha gente a la que le gusta dormir mucho tiempo, así que me imagino que sólo está durmiendo”.
Contribuyendo: Ashlee Rezin García