Se retira Rosa Escareño, la comisionada de asuntos comerciales y protección del consumidor de Chicago

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Escareño dejará su puesto el 31 de julio lo cual marcará un nuevo giro de la puerta de Lightfoot, pero no es por eso que se retira tan lejos de que se pueda implementar el paquete de ayuda para la pandemia de Lightfoot.

La mujer cuya madre viuda de seis hijos la trajo a Chicago de México a los 8 años simplemente está lista para el próximo capítulo de su vida después de una montaña rusa emocional que, a veces, la hizo llorar.

“Estaba recibiendo llamadas ... diciéndome: ‘Mi negocio está fallando. Me he quedado sin dinero’. Sabía que los negocios estaban al límite y se estaban aferrando a no perderlos. Y luego, el primer saqueo ocurrió justo cuando los negocios estaban a punto de abrir. Luego ocurrió el segundo saqueo y fue tan, tan doloroso”, dijo Escareño.

“Recuerdo haber ido a la comunidad, ayudando a recoger las tiendas. Entrando a estos lugares que fueron completamente saqueados. Estos ya no eran dueños de negocios. Eran seres humanos que resultaron impactados... Pensar que la vida de las personas está completamente devastada es realmente emocional y es personal porque conozco a los dueños de negocios. Conozco a sus familias”.

Durante una amplia entrevista con el Chicago Sun-Times, Escareño negó que su jefa notoriamente exigente y a veces abusiva tuviera algo que ver con la decisión de su salida.

“Ella fue golpeada por una pandemia. Así que todos trabajamos juntos para sacar adelante nuestra ciudad. Y la gente ahora está haciendo lo que normalmente haría, como yo. Llevo aquí 30 años. Es el momento adecuado”, dijo Escareño.

“Mi experiencia con la alcaldesa Lightfoot a sido nada menos que una experiencia maravillosa... Ella no ha sido más que amable. Ella no ha sido más que una defensora de todas las causas que hemos implementado. Mi experiencia no ha sido más que buena... He visto a una líder fuerte tratando de hacer avanzar a nuestra ciudad después de un tiempo históricamente devastador”.

El ascenso de Escareño es una grande excepción en un gobierno de la ciudad conocido por el lema: “No queremos a nadie que nadie haya enviado”.

Obtuvo su licenciatura en Loyola y su maestría en comunicaciones en Northwestern mientras trabajaba con cuatro alcaldes en puestos que iban desde asistente administrativa y subsecretaria de prensa hasta subdirectora de operaciones y directora de relaciones con los medios del Departamento de Bomberos de Chicago (CFD, por sus siglas en inglés).

La etapa en CFD es un recuerdo que Escareño nunca olvidará.

Ese fue el año tumultuoso en que el Departamento de Bomberos de Chicago renovó las técnicas de entrenamiento y extinción de incendios en edificios altos para evitar una repetición de los errores que contribuyeron en gran medida a seis muertes en el Edificio de Administración del Condado de Cook en 69 W. Washington St. el 17 de octubre del 2003.

Pasaron 90 minutos entre el momento en que los bomberos llegaron al lugar y el momento en que se encontraron los cuerpos de seis víctimas.

Una comisión presidida por el ex juez federal Abner Mikva concluyó que hubo una falla en las comunicaciones tan severa que personas frenéticas en las escaleras llenas de humo, atrapadas ahí por puertas que se cerraban detrás de ellos, estaban haciendo llamadas al 911 que no eran contestadas, mientras que el Departamento de Bomberos cambiaba de comandante cada vez que llegaba un oficial de mayor rango.

“Tuvimos un año para cambiar radicalmente el código de seguridad contra incendios [y los protocolos de rescate]… Haber tenido la oportunidad de ayudar a mejorar la calidad de vida desde una perspectiva de vida o muerte es realmente una lección de humildad para mí”, dijo Escareño.

“Lo llamo mi ‘año del perro’ porque parecieron siete”.

En cuanto al paquete de ayuda de la pandemia que su sucesora implementará, Escareño dijo que sería un error concentrarse en la derrota que Lightfoot sufrió después de que los concejales bloquearon por poco esa parte del paquete que habría eliminado el requisito de una ordenanza separada para cada letrero en la vía pública.

“Tenemos que centrarnos en cómo defendimos más de 150 páginas de legislación con 20 programas. Cuando hablamos de una parte [del paquete], para mí, se pierde el punto sobre el beneficio que tanto los trabajadores como las empresas obtendrán a través de este paquete realmente asombroso”, dijo.

“Cuando luchamos por las cosas que beneficiarán a los negocios, es un argumento digno. Es una pelea digna decir: ‘Sí. Podríamos hacer que el proceso empresarial sea mejor, más rápido y más eficiente. ¿Por qué? Porque si no es ahora, ¿cuándo?’”