La Dra. Allison Arwady, la experta en enfermedades infecciosas y pediatra que guió a Chicago durante la pandemia de COVID-19, quiere mantener su puesto como jefa de salud pública de la Municipalidad.
Pero sus desacuerdos con el Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés), uno de los principales apoyos del alcalde electo Brandon Johnson, podrían ser un impedimento.
En un debate antes de la segunda vuelta electoral del 4 de abril, Johnson fue categórico al afirmar que no iba a mantener a Arwady en su puesto cuando tomara posesión el mes que viene. Desde entonces ha dicho en entrevistas que se reunirá con ella, pero también señaló su descontento por su papel en enviar a los estudiantes de regreso a las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés) en medio de las preocupaciones de COVID-19.
Los dos nunca se han conocido, dijo Arwady.
La comisionada de salud pública de Chicago desempeña un papel vital, supervisando el manejo de todo, desde la adicción a los opioides, el VIH y otras enfermedades infecciosas, a las enfermedades mentales, la protección del medio ambiente y más.
Arwady, de 46 años, dice que puede desglosar su plan para Johnson para mejorar el acceso a la atención médica y alargar la esperanza de vida de los habitantes de Chicago que viven en las partes sur y oeste.
“Creo que, en muchos sentidos, los valores que ha expuesto en su campaña son los valores del Departamento de Salud Pública de Chicago”, dijo Arwady en una entrevista tras un reciente evento en el vecindario de Austin.
Varios médicos y otros expertos en salud le dan a Arwady una alta calificación por su liderazgo durante la pandemia, algo que ella misma destaca.
“Es difícil elogiar cualquier respuesta ante una pandemia”, afirmó el Dr. David Ansell, vicepresidente principal de equidad de salud comunitaria del Centro Médico de la Universidad Rush. “Pero Chicago e Illinois tuvieron una de las mejores [respuestas] durante toda la pandemia”.
Ansell afirmó que siente “nada más que admiración” por Arwady y elogió sus esfuerzos por proteger a muchas personas sin hogar del COVID-19.
Sin embargo, algunos aspectos de la respuesta a la pandemia también pesan en contra de esta médica estudiada en Yale y ex epidemióloga de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Nombrada por la alcaldesa Lori Lightfoot tras ejercer como oficial médica de la Municipalidad, Arwady enfureció al sindicato de maestros con sus planes de enviar a los alumnos de CPS de vuelta a clase durante la pandemia. En un momento dado, Lightfoot le prohibió la entrada a los maestros a sus clases en línea y amenazó con retenerles el sueldo a menos que volvieran a sus clases en persona.
Los estudiantes protestan frente a la sede de CPS el año pasado durante un paro en todo el distrito para exigir a la alcaldesa Lori Lightfoot, a la Dra. Allison Arwady del Departamento de Salud Pública de Chicago y al director general de CPS, Pedro Martínez, que los incluyan en la conversación sobre las protecciones de COVID-19 en las escuelas. | Pat Nabong/Archivos Sun-Times
Las amargas peleas entre la administración de Lightfoot y los maestros perduraron a lo largo de la campaña por la alcaldía. Funcionarios del sindicato negaron hacer comentarios sobre si creían que Arwady debería mantenerse en el cargo.
Arwady reconoce la brecha con el sindicato de maestros y lo califica como “diferencias de opinión”.
Por otra parte, algunos médicos afirman que su departamento podría haber abordado mejor las desigualdades en el sistema de salud que provocaron un mayor número de hospitalizaciones y muertes en las comunidades negra y latina, así como un bajo índice de vacunación en esas comunidades, especialmente en el lado sur.
Los habitantes negros de Chicago representaron casi la mitad de las muertes y hospitalizaciones durante la pandemia de COVID-19, a pesar de que sólo constituyen un tercio de la población de la ciudad.
La Dra. Monica Peek, catedrática de justicia médica de la Universidad de Chicago, afirmó que, en comparación con otras ciudades estadounidenses, la respuesta de la Municipalidad obtuvo una calificación de “B”.
Pero las desigualdades flagrantes no se abordaron a fondo, dijo.
“No se puede planificar la preparación ante catástrofes en general”, dijo Peek. “Hay que planificar la equidad en particular. Si no la hay, hay desigualdad”.
Es casi seguro que Arwady y Johnson hablarán también de la salud mental.
Johnson dijo que reabrirá las seis clínicas de salud mental de la Municipalidad, cerradas bajo el mandato del ex alcalde Rahm Emanuel, y que trabajará para mejorar la atención médica en general.
Bajo el mandato de Lightfoot, que también prometió reabrir las clínicas, Arwady adoptó un enfoque diferente al asociarse con proveedores de servicios médicos sin fines de lucro. Arwady se mostró abierta a la creación de clínicas municipales, pero afirmó que el reto de atender a miles de pacientes es demasiado grande para una media docena de centros.
Por otro lado, Arwady fue objeto de protestas de grupos comunitarios y ecologistas —incluida una manifestación frente a su casa que terminó en varios arrestos— cuando se le exigió negar el permiso de operación de una trituradora de metales en el sureste de la ciudad. Finalmente, negó el permiso. El año pasado se inició un estudio de impacto ambiental en toda la ciudad.
Afirma que la Municipalidad ha avanzado en temas de equidad de salud y justicia ambiental, y está orgullosa de su departamento.
“Tengo esperanzas de seguir en mi puesto. Estoy muy orgullosa de la forma en que hemos impulsado una atención de salud progresista, trabajando para cerrar la brecha racial en la esperanza de vida”, dijo Arwady. “Estoy emocionada de tener esa conversación”.
Si las cosas no funcionan, dijo, “estoy comprometida con la salud pública. Si no lo hago aquí, lo haré en otro sitio”.
Los reportajes de Brett Chase sobre medio ambiente y salud pública son posibles gracias a una subvención del Chicago Community Trust.