El año pasado el Ayuntamiento será recordado por la ola de concejales existentes que anunciaron que renunciarían a sus escaños en el Concejo Municipal.
Pero este año ha sido un año sin precedentes para los miembros que pudieron conservar los suyos.
Con los resultados finales de las elecciones de segunda vuelta esta semana, solo una titular fue eliminada contra su voluntad del Concejo este ciclo, una expulsión singular que marca el rechazo más leve de concejales desde que Chicago cambió al sistema de Concejo de 50 distritos hace un siglo.
La única que perdió la mayoría del voto, la concejal del lado suroeste, Anabel Abarca (12°), solo estuvo en el cargo unos dos meses antes de que Julia Ramírez la derrotara en la primera vuelta de la votación municipal el 28 de febrero.
Abarca había sido designada por la alcaldesa saliente Lori Lightfoot el otoño pasado para reemplazar al ex concejal George Cardenas luego de la elección de Cardenas a la Junta de Revisión del Condado de Cook.
Abarca, exjefe de gabinete de Cárdenas, no respondió a la solicitud de entrevista del Sun-Times.
Contando los concejales nombrados, solo seis miembros del Consejo se vieron obligados a participar en una segunda vuelta a principios de este mes, y los seis ganaron. Eso en sí va en contra de las probabilidades.
Siete concejales fueron eliminados en cada uno de los dos ciclos electorales anteriores.
La única concejal destituida este año marca el éxodo electoral más pequeño desde 1999, cuando los votantes rechazaron solo a dos miembros del Concejo en las elecciones de febrero y abril. Un promedio de seis concejales han sido eliminados en las últimas cinco elecciones anteriores, pero la Municipalidad ha visto ese número alcanzar los dos dígitos en el pasado.
Dick Simpson, profesor emérito de ciencias políticas de la Universidad de Illinois en Chicago que se desempeñó como concejal del distrito 44 de la orilla del lago en el lado norte durante dos mandatos en la década de 1970, dijo que la tasa de victoria este año para los concejales existentes fue impresionante, incluso si se tiene en cuenta la “gran renuncia” de 14 concejales.
Eso se debe a tres factores clave: el reconocimiento del concejal existente, la relación creada con los votantes después de un período completo de prestación de servicios y, especialmente, la experiencia de poner en marcha una organización de campaña.
“La política es un oficio tanto como ser plomero o carpintero es un oficio”, dijo Simpson. “Una persona nueva no tiene ese conocimiento”.
Los concejales que no son reelegidos generalmente han cometido el pecado político de descuidar los servicios del distrito, dijo Simpson, o cualquiera de los pecados capitales tradicionales que pueden afectarlos.
