En una reunión virtual abierta al público, realizada el miércoles por la noche, la Alcaldesa Lori Lightfoot dijo que depende de grupos comunitarios “confiables” para frenar la propagación del coronavirus entre los latinos.
El miércoles los latinos se convirtieron en el primer grupo racial o étnico en Chicago en registrar más de 10,000 casos de coronavirus, de acuerdo a los datos publicados por la ciudad. Los latinos ahora representan 42% de todos los casos de COVID-19 pese a ser menos de un 30% de la población.
Lightfoot reconoció deficiencias en los esfuerzos del Ayuntamiento para llegar a los latinos desde el principio de la pandemia, en particular a los residentes que hablan más en español.
Parte del problema, dijo Lightfoot, fue la falta de sitios de prueba en vecindarios latinos.
“Desde el principio nos preocupaba que no todos estaban siendo contados entre [los latinos] ... no estábamos recibiendo la suficiente cantidad de datos demográficos de los proveedores que hacen las pruebas para medir completamente el impacto de este virus”, dijo.
Ahora que las pruebas aumentaron y ha surgido una imagen más clara, Lightfoot dijo que su administración está enfocándose, como si fuera un rayo láser, en frenar la propagación del virus en los vecindarios que registran los picos más altos entre los latinos, como La Villita, Belmont Cragin y Archer Heights.
Lightfoot dijo que los centros de salud comunitarios son cruciales para frenar la propagación del virus en esas áreas, ya que atienden predominantemente a afroamericanos y latinos de Chicago y están abiertos a todos, independientemente de si tienen seguro médico, incluyendo a todos los inmigrantes indocumentados.
Lightfoot pidió a esos centros de salud comunitarios que remitan a los pacientes positivos por COVID-19 a los hoteles que la ciudad ha contratado para la cuarentena, especialmente si detectan que viven en hogares llenos de gente de diferentes edades y que no pueden aislarse.
“Al principio de nuestra respuesta a este virus, designamos a algunos hoteles exclusivamente para la cuarentena y el aislamiento, por lo que debemos comunicar mejor la disponibilidad de esos recursos a la comunidad latina, y ahí es donde [los centros de salud comunitarios] juegan un papel muy importante”, dijo Lightfoot.
La ciudad también dependerá de organizaciones comunitarias que brinden recursos y capacitación sobre los derechos a los inmigrantes, dijo Lightfoot, “y estamos aprovechando esa red para ayudarnos a educar y, a la vez, comprender cuáles son las experiencias cotidianas [de los latinos].”
Lightfoot insistió en que el distanciamiento social y el trabajo desde casa son “lujos” a los que muchos latinos no acceden y prometió trabajar para que los lugares de trabajo sean lo más seguros posible durante esta pandemia.
Jorge Mujica, un reconocido asesor laboral de la organización Arise Chicago, que escuchó el miércoles la reunión virtual del Ayuntamiento, dijo que Lightfoot debería enviar a la policía a inspeccionar los sitios de trabajo para garantizar que se implementen las medidas de distanciamiento físico.
“No tiene sentido seguir diciéndole a la comunidad que se quede en casa, si igual se van a infectar en el trabajo”, dijo. “La Alcaldesa envió a policías a vigilar la orilla del lago y el parque elevado 606 (Bloomingdale Trail), pero realmente debería enviarlos a las fábricas para que inspeccionen si los trabajadores están o no protegidos”.
Carlos Ballesteros es un reportero del programa “Report for America”, una organización periodística sin fines de lucro que tiene como objetivo reforzar la cobertura del Sun-Times en la zonas sur y oeste de Chicago.