Cientos de personas se reunieron el lunes por la tarde en el lado oeste de la ciudad y se enfrentaron a un gran contingente del Departamento de Policía de Chicago (CPD, por sus siglas en inglés).
No estaba claro cómo comenzó el enfrentamiento en el oeste de Garfield Park, aunque algunos oficiales dijeron que podría estar relacionado con el incidente del domingo en Englewood, donde la policía le disparó a un hombre de 20 años. Ese tiroteo ha sido ligado por el Superintendente de CPD, David Brown, a los saqueos del lunes temprano por la mañana a lo largo de Michigan Avenue y en el centro.
Brown y la alcaldesa Lori Lightfoot han dicho que la información errónea sobre el tiroteo de Englewood, difundida en redes sociales, sirvió como excusa para desatar acciones ilegales. Se espera que el hombre sobreviva; la policía dijo que él les disparó antes de que ellos respondieran con disparos.
Cualquiera que fuera la razón, una multitud de cientos de personas se reunió cerca de Madison St. y Karlov Ave., el lunes al mediodía, y los oficiales que llegaron al lugar se encontraron frente a una lluvia de piedras, botellas y ladrillos.
Los periodistas en la escena también fueron agredidos. Un reportero y fotógrafo del Chicago Sun-Times fueron amenazados cuando intentaron hablar con algunas personas de la multitud. Y un fotógrafo del Chicago Tribune fue golpeado con un ladrillo en la parte posterior de la cabeza y requirió atención médica.
A la 1 p.m., cientos de autos y oficiales de CPD habían inundando el área.
Un equipo SWAT de la policía trató de despejar a la multitud de un callejón cerca de esa intersección, lo que obligó a la multitud más grande a dividirse en grupos más pequeños, que luego vagaron por el área sin dejar de agredir a la policía.
El área afectada se extendió hacia el oeste y el este desde Karlov, a lo largo de Madison y hasta la Pulaski, extendiéndose por Pulaski Road, unas dos cuadras al este, donde algunos manifestantes dañaron un camión que avanzaba por la calle.
Algunas personas intentaron irrumpir por la puerta trasera de un negocio del vecindario, pero no quedó claro si lograron entrar. Otros negocios a lo largo de la calle estaban cerrados, con sus rejas de metal abajo, protegiendo sus tiendas. A algunos negocios les rompieron las ventanas.
Esta es una historia en desarrollo.
