Cuando Javonni Jenkins no se presentó a trabajar en el Hospital Holy Cross el miércoles, sus compañeros de trabajo intentaron llamarlo a su apartamento en East Chatman.
Jenkins no respondió, tampoco su padre. Pero el hijo de 2 años de Jenkins contestó a su llamada de FaceTime y aparecía solo.
“Después de cierto tiempo, nos dimos cuenta de que nadie había venido a ver cómo estaba el bebé. Nadie estaba hablando con el bebé”, dijo Nicole Worth, una compañera de trabajo de Jenkins. “Pude ver que no tenía ropa puesta; solo estaba en pañales. Así que pensé que algo anda mal”.
Worth dijo que llamó a la policía y pidió una visita de bienestar al apartamento en la cuadra 8100 al sur de Drexel Avenue. Worth y otros compañeros de trabajo y amigos estaban esperando cuando llegó la policía y entró a la fuerza alrededor de las 10:50 a.m.
Los oficiales descubrieron los cuerpos sin vida de Jenkins y su padre, Curtis Hardman, de 79 años, dijo la policía. Ambos habían sido asesinados a tiros. El niño de 2 años no parecía estar herido, pero fue llevado a un hospital para ser revisado.
“Todo el tiempo que tuve al bebé en el teléfono, estuvo muy contento, jugando con sus juguetes”, le dijo Worth a los periodistas afuera del edificio el miércoles por la noche.
“Llegamos un poco tarde”, dijo. “Salvamos al bebé. Eso es todo lo que pudimos hacer”.
La subjefa de la Policía de Chicago, Sonora Ben, dio a conocer algunos detalles del tiroteo durante una conferencia de prensa. Nadie estaba bajo custodia. Ben dijo que el tiroteo parecía ser “un incidente aislado” y “no creía que el público deba preocuparse”.
Jenkins era asistente médico en el Hospital Holy Cross, según sus amigos. Su madre murió cuando ella era una bebé y fue criada por su padre, dijeron.
“Esa muchacha tenía un corazón de oro”, dijo Worth. “Ella era muy empática. Tenía una sonrisa que iluminaba el lugar. Nunca la veías deprimida. Sabías cuándo algo la molestaba, pero ella no hablaba mucho de eso, simplemente lo ignoraba”.
La hija de Hardman, Angela Brooks, le dijo al Sun-Times que él era el tipo de padre “del que toda niña soñaba”.
Brooks dijo que todos los que conocían a su padre solo tenían cosas amables que decir sobre él. “Nunca escuché a mi padre pelear, levantar la voz o enojarse”, dijo Brooks.
Había una gran diferencia de edad entre Brooks y su hermanastra Jenkins, pero las dos se volvieron mucho más cercanas, ya que ambas eran cercanas de edad.
“Le encantaba ser madre”, dijo Brooks. “Ella era una persona hermosa”.
Brooks, que ahora vive fuera del estado, estaba planeando con Jenkins hacer un viaje sorpresa para ver a su padre, reuniendo a todos sus nietos y bisnietos para llevarlo a cenar.
La familia dice que no han recibido ninguna información sobre las circunstancias del ataque.
Cuando Brooks escuchó la noticia, dijo que había una cosa que sabía con certeza: “Sé que mi padre murió protegiendo a mi hermana pequeña. Era un héroe”.
El hijo de Hardman, también llamado Curtis Hardman, dijo que su padre era su mayor defensor. “Curtis nunca se avergonzó de decirme cuánto me amaba”, dijo su hijo. “Para cada graduación, desde preescolar hasta la universidad, él siempre estuvo ahí”.
La exesposa del anciano Hardman dijo que él y Jenkins eran muy cercanos y que cuidaba al niño de 2 años mientras ella iba a trabajar.
“Era una persona de buen corazón”, dijo Cherry Hardman. “Él ayudaba a cualquiera. Podías llamarlo y decirle: ‘Curtis, ¿puedes venir y hacerme un favor?’, y él decía: ‘Está bien, dame un minuto’. Ayudaba a cualquiera”.
Aunque ya no estaban juntos, Cherry Hardman dijo que ella y su ex seguían siendo amigos cercanos, vivían a pocas cuadras el uno del otro y se mantenían en estrecho contacto.
“Es simplemente devastador para mí”, dijo Cherry Hardman. “Él no se metía con nadie. Siempre estaba en la casa. No entiendo cómo alguien pudo entrar y hacer todo eso”.
