Raphael “Rafi” Cárdenas, de dos años, dio su último paseo en patineta a principios de este mes. El miércoles, sus vecinos se reunieron para recordarlo y exigir cambios.
Menos de tres semanas después de que Rafi fuera atropellado fatalmente por un coche mientras conducía una minipatineta en Lincoln Square, sus vecinos se presentaron por docenas para llorar y recordar su vida en una fiesta de cuadra el miércoles en su honor.
Rafi fue uno de los tres niños que murieron atropellados en Chicago en tres semanas, lo que ha provocado una renovada presión para que se tomen medidas de seguridad para peatones y ciclistas.
“Espero que podamos mirar atrás y decir que este fue un tiempo en el que las cosas cambiaron”, le dijo el concejal Matt Martin (47º) al Sun-Times.
Martin dijo que las trágicas muertes de los niños tienen que ser seguidas por acción de la Municipalidad en medidas de seguridad significativas, incluyendo carriles para bicicletas con protección de concreto en las carreteras concurridas como la calle Clark y el trabajo con el Condado de Cook para hacer frente a las intersecciones problemáticas.
“Esto podría ser un punto de inflexión”, dijo.
Una música alegre acompañaba a los niños que montaban en bicicleta y dibujaban con tiza en el exterior de la Biblioteca Regional Sulzer, mientras los grupos comunitarios y el Departamento de Transporte de Chicago hablaban de la seguridad en bicicleta.
“Un accidente de coche no es un accidente; es algo que se puede predecir y prevenir”, dijo la embajadora de seguridad del Departamento de Transporte, Lizeth Solís.
Para algunos amigos de la familia de Rafi, como Max Pardo, su muerte provocó una tristeza que rápidamente se convirtió en rabia. Pardo, un ávido ciclista, dijo que recientemente visitó la intersección en la que Rafi fue atropellado, la calle Leavitt y la avenida Eastwood, y vio cómo los conductores se pasaban las señales de alto.
“Me molesté con cada uno de ellos”, dijo.
Describió a Rafi como “el niño más tranquilo y relajado”, y recordó haberlo visto con sus padres en el parque Winnemac de Lincoln Square.
“Estaba feliz de estar ahí”, añadió Olivia Lothary, pareja de Pardo. “Simplemente pasando el rato sentado en los hombros de su papá”.