Los residentes que viven cerca de Douglass Park en La Villita y North Lawndale se están preparando para un fin de semana ruidoso por Riot Fest —uno que esperan estará lleno de dolores de cabeza por la falta de estacionamiento.
“La semana pasada empezamos a ver que los camiones entraban con muchas cosas”, dijo Irais Flores, una residente cercana que también forma parte de un centro comunitario en La Villita. “Te da ansiedad y estrés porque dices, a ver cómo va lo de conseguir estacionamiento”.
Ella estaba entre un grupo de líderes de la comunidad que se reunieron en el parque el martes en un último esfuerzo para conseguir que el festival de música de tres días abandone el parque de su barrio. El miércoles tienen previsto presentar una carta firmada por más de 30 organizaciones y líderes locales al Distrito de Parques de Chicago, exigiendo que Douglass Park deje de utilizarse para albergar grandes festivales con fines de lucro.
Mientras los residentes hablaban de sus preocupaciones, las cuadrillas del festival colocaron tela de malla negra a lo largo de una cerca instalada para el festival. Un gran escenario se podía ver desde la Avenida California. La mayor parte de la parte sur del parque, desde la avenida California hasta la avenida Albany, y desde la avenida Ogden hasta la calle 19th, fue cerrada el martes por la mañana.
Un parque infantil y un campo a lo largo de la avenida Albany permanecieron el martes fuera del perímetro del festival, mientras algunas personas corrían y jugaban fútbol en la zona.
La presión para poner fin a los grandes festivales en Douglass Park ganó impulso este verano, ya que los residentes cuestionaron si un parque de barrio debe ser utilizado para tales eventos privados grandes. Edith Tovar, que vive en el área, dijo que también hay preguntas sobre cómo los festivales afectan al medio ambiente.
“Consideramos que se trata de una forma de racismo ambiental”, dijo Tovar, señalando que Riot Fest es el tercer gran festival de música de este verano que ha provocado el cierre de Douglass Park.
En agosto, Riot Fest emitió un comunicado tras una polémica reunión entre un contratista y miembros de la comunidad, en el que afirmaba que quería “seguir siendo un activo positivo para la comunidad.”
“Hemos estado en Douglass Park desde 2015, y lo consideramos nuestro hogar”, decía el comunicado, añadiendo que el festival iba a tomar las opiniones de los residentes y aplicar las sugerencias cuando fuera posible.
Elvia Rodríguez Ochoa, de la organización Amigos de los Parques, dijo que la Municipalidad debería, en cambio, encontrar un lugar permanente para acoger grandes festivales de música. La pandemia ha demostrado lo importantes que son los parques públicos para la salud física y mental de los residentes, dijo.
“Este tipo de conciertos son en realidad perjudiciales para la salud de estas comunidades en las que aterrizan”, dijo Rodríguez Ochoa.
Denise Ferguson, una residente local, describió a Douglass Park como un “trozo de cielo en Lawndale” que está rodeado de instituciones de salud. Dijo que es una de las razones por las que ella y otros han presionado durante años para que el Riot Fest y otros festivales de música abandonen el parque.
“Esta falta de consideración por la salud de las personas negras y latinas que viven cerca del corredor de la zona [médica] es una violación directa de los propios mandatos de salud pública, ‘Healthy Chicago’”, dijo, refiriéndose al plan de cinco años de la Municipalidad para mejorar la equidad sanitaria.
El grupo tiene previsto asistir a la audiencia pública del miércoles de la Junta de Comisionados del Distrito de Parques de Chicago, ya que sigue presionando para deshacerse de Riot Fest. También planean organizar su propio festival el sábado, apodado “The People’s Music Fest”, cerca de Cermak Road y Marshall Boulevard.
“Douglass Park es un recurso valioso e importante para nuestras comunidades que no debería estar cerrado durante una cuarta parte del verano para megaconciertos con fines de lucro”, dijo Tovar.
Los reportajes de Elvia Malagón sobre justicia social y desigualdad de ingresos son posibles gracias a una subvención del Chicago Community Trust.