Alrededor de una docena de solicitantes de asilo que llegaron el jueves a una antigua escuela primaria del lado sur transformada en refugio se encontraron con la protesta de algunos residentes del barrio.
Andre Smith, que vive en Washington Park, y Luis Cardona, que vive en Woodlawn, se pararon frente a un autobús de la CTA que transportaba a los migrantes a la antigua escuela James Wadsworth Elementary School, en el 6420 al sur de University Avenue.
“La Municipalidad no fue transparente con los residentes —nosotros— y no vamos a ser transparentes con ellos”, dijo Smith mientras se paraba cerca de University Avenue y la Calle 64th. “No trabajaron con nosotros, así que no vamos a trabajar con ellos. No nos vamos a mover; estamos dispuestos a que nos detengan”.
Más de una docena de agentes de la Policía de Chicago estaban situados en las calles, mientras la policía cercaba la zona de la propiedad y las carreteras cercanas con cinta. Una persona que iba en el autobús utilizó un teléfono para filmar a los periodistas congregados cerca de la intersección.
Aproximadamente una hora después, algunos agentes subieron al autobús mientras el conductor se hacía de reversa por University Avenue hasta la Calle 63rd y daba vuelta en Greenwood Avenue para llegar a una de las entradas de la escuela. Se vio a personas que habían estado en el autobús entrar en el edificio cargando bicicletas, bolsas y contenedores de plástico.
Otros dos autobuses cargados de inmigrantes fueron dejados en el refugio a última hora de la tarde. La oficina de la alcaldesa Lori Lightfoot confirmó el jueves que 100 hombres y mujeres fueron trasladados al refugio.
“Debido a los niveles de capacidad, estas personas fueron reubicadas de otras instalaciones”, según un comunicado de la oficina de Lightfoot.
El plan de la Municipalidad de transformar la escuela cerrada en un refugio ha sido recibido con controversia. La apertura se retrasó durante semanas después de que los residentes y la concejal Jeanette Taylor —cuyo Distrito 20º incluye la propiedad— la retrasaran para permitir la participación de la comunidad.
La disputa también ha puesto de relieve las tensiones entre los residentes negros y latinos.
Funcionarios de la ciudad le dijeron previamente al público que el refugio albergará inicialmente alrededor de 250 hombres y mujeres adultos. La propiedad se utilizará como centro de acogida durante al menos dos años, según les informaron las autoridades municipales a los residentes durante las reuniones públicas.
Durante la última reunión comunitaria, las autoridades municipales dijeron que en los últimos meses han llegado a Chicago más de 5,000 solicitantes de asilo procedentes de Texas y Colorado. Aunque los autobuses que llegan a la ciudad han disminuido, las autoridades afirman que siguen atendiendo a unas 50 personas al día en busca de ayuda.
Muchas de las personas que han llegado en los últimos meses han huido de la inestabilidad económica y política de Venezuela.
Se espera que el departamento de policía de la Universidad de Chicago se encargue de la seguridad de la zona. Las autoridades municipales también anunciaron cambios, como la creación de duchas interiores en lugar de una estructura exterior para las duchas, con el fin de abarcar las preocupaciones de los residentes.
Smith y Cardona se quedaron cerca, pero no volvieron a intentar detener el autobús. Aún así, los dos dijeron que planeaban quedarse en la zona.
“Sólo queremos transparencia”, dijo Smith. “Dicen que no utilizan nuestros impuestos, pero este autobús es con nuestro dinero. Dice ‘CTA’. Queremos nuestros recursos. Estamos pagando impuestos, y nuestros callejones no están limpios, nuestras calles no son seguras. ¿Por qué no podemos destinar nuestros impuestos a eso y no a esto?”
Jennie Newsome, que vive cerca de la propiedad, dijo que pensaba que la Municipalidad debería permitir que el público viera las condiciones del interior.
“Hay otros edificios en el centro de Chicago donde hay recursos reales”, dijo Newsome, añadiendo que sentía que los solicitantes de asilo son tratados como basura.
Dijo que no fue hasta hace poco que la Municipalidad comenzó a trabajar en la propiedad después de años de abandono.
El jueves por la tarde, mientras los agentes de policía seguían vigilando la zona, se vio a unos cuantos solicitantes de asilo abandonar la propiedad en bicicleta. Smith y Cardona le preguntaron al grupo de dónde eran.
“Venezuela”, respondió el hombre mientras seguía montando en su bicicleta entre la multitud.
Los reportajes de Elvia Malagón sobre justicia social y desigualdad de ingresos son posibles gracias a una subvención del Chicago Community Trust.