Se suspendió una huelga que llevaba 10 días en la Universidad Estatal de Chicago luego de que los profesores llegaran a un acuerdo tentativo con los administradores durante el fin de semana. La facultad regresó a clases el lunes.
Los representantes sindicales dijeron que los detalles del acuerdo de cuatro años no se darán a conocer hasta que los miembros hayan votado al respecto.
Según los detalles de las propuestas salariales publicadas por el sindicato el viernes antes de que se llegara a un acuerdo, la facultad había pedido un aumento del 6.5% en el primer año del contrato, mientras que los administradores les habían ofrecido uno de 3% y un pago de $1,000.
En un comunicado emitido el domingo por la noche, la presidenta del sindicato de profesores de Chicago State, Valerie Goss, dijo que el acuerdo proporciona aumentos salariales para los profesores y el personal “mientras reconoce las limitaciones financieras de la universidad”.
“Lo que es más importante, este acuerdo garantiza que nuestros miembros puedan recuperar el tiempo crítico que perdimos durante la huelga ofreciendo apoyo a nuestros estudiantes a través de horarios de oficina extendidos, sesiones de tutoría, reuniones de matriculación, sesiones de examen y otros servicios”, dijo Goss en el comunicado. “Desde el primer día, nuestra facultad y personal dedicados priorizaron las necesidades de los estudiantes, por lo que este componente fue esencial para llegar a un acuerdo”.
Según un comunicado de los líderes de Chicago State, el acuerdo tentativo aborda los salarios, la carga de trabajo y el descanso pagado de maternidad y paternidad y “logra los objetivos de ambas partes para llegar a un acuerdo que reconozca las valiosas contribuciones de la facultad y los profesionales de apoyo académico con la consideración adecuada de la posición fiscal de la Universidad.”
Los profesores del campus del lado sur son algunos de los peor pagados del estado, según la Asociación Nacional de Educación. La universidad pública es la única en Illinois que atiende a un cuerpo estudiantil mayoritariamente negro.
La huelga en la Universidad Estatal de Chicago sentó las bases para una ola de huelgas en las universidades públicas de todo el estado. Los profesores de la Universidad del Este de Illinois en Charleston se salieron del trabajo el 6 de abril en protesta antes de asegurar un acuerdo tentativo el jueves pasado. Los profesores de Governors State en los suburbios del sur han estado en huelga desde el 11 de abril.
La facultad de la Universidad del Noreste de Illinois en el noroeste de Chicago declaró una intención de huelga ante la junta laboral de educación del estado el jueves y podría hacerlo a finales de este mes.
La financiación estatal para la educación superior se ha reducido casi a la mitad en las pasadas dos décadas, según datos de la Junta de Educación Superior de Illinois. Eso ha obligado a las universidades públicas a financiar cada vez más sus presupuestos con matrículas y cuotas recaudadas de los estudiantes.
Pero las universidades públicas regionales más pequeñas como Chicago State, Governors State y Eastern Illinois atienden a una mayor proporción de estudiantes de familias de bajos ingresos que no necesariamente pueden pagar aumentos de matrícula. Eso ha afectado la inscripción y ha dañado aún más las finanzas de las escuelas más pequeñas.
Durante las negociaciones en Chicago State, los administradores mencionaron las limitaciones financieras provocadas por la pandemia y la disminución en las inscripciones. Los líderes sindicales reconocieron estas limitaciones, pero dijeron que los líderes universitarios deberían priorizar a los educadores que atienden directamente a los estudiantes. Criticaron el salario otorgado a la presidenta de Chicago State, Zaldwaynaka Scott, por los administradores.
Según su contrato de 2022, Scott gana $425,000 al año. Los datos de la Junta de Educación Superior de Illinois muestran que ella es la cuarta líder universitaria pública mejor pagada del estado.
Los líderes sindicales dijeron que esta y las otras huelgas fueron inusuales por los intentos de los administradores de continuar con las clases. Correos electrónicos mostraron a los líderes universitarios contactando a los miembros de la comunidad para que fueran profesores sustitutos, prometiendo pagos por curso para aquellos con títulos de maestría.
