Representándose a sí mismo como el “constructor de coaliciones” que Chicago necesita, el representante de los EE.UU., Jesús “Chuy” García (D-Ill.), se unirá a la apretada carrera por la alcaldía, decidido a derrotar a la alcaldesa Lori Lightfoot, con o sin sus aliados en el Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés).
No dispuesto a esperar a que García tomara una decisión, la CTU ha respaldado a uno de los suyos: el Comisionado del Condado de Cook y organizador de CTU, Brandon Johnson.
García obligó al exalcalde Rahm Emanuel a participar en una segunda vuelta en las elecciones de 2015 con la ayuda de CTU. Johnson ha insistido en que no se retirará para dar paso a García. La CTU tampoco está dispuesta a reconsiderar su apoyo de Johnson con García en la carrera.
Durante una amplia entrevista con el Chicago Sun-Times, García dijo que le encantaría unir el movimiento progresista que ha defendido durante toda su vida, pero que está preparado para hacerlo solo si es demasiado tarde para eso en la primera ronda de votación. Confía en que puede forzar a Lightfoot a una segunda vuelta y que la familia progresista se reunirá detrás de él en ese momento.
“La gente me conoce… Saben lo que he hecho. Sé que eventualmente obtendremos su apoyo. Soy el único que queda de la coalición de Harold Washington... Nadie en la política de Chicago hoy ha estado involucrado en la lucha contra la vieja máquina corrupta, racista y sexista de Chicago [más tiempo] que yo”, dijo García, de 66 años.
“Estoy seguro de que nuestro movimiento se unirá. Tenemos un conjunto de valores compartidos... No me preocupa el futuro”, agregó.
“Pero los sindicatos tienen un proceso. Algunos lo han decidido antes de ver el campo. Busco su apoyo y espero poder anunciar en un futuro cercano el apoyo de los trabajadores, el apoyo de los contribuyentes pequeños, el apoyo de otros contribuyentes importantes también. Tendré los recursos para ejecutar una campaña impactante, efectiva y ganadora”.
Hace cuatro años, García le dio a Lightfoot un respaldo fundamental en la segunda vuelta que ayudó a impulsarla a una victoria sobre la Presidenta de la Junta del Condado, Toni Preckwinkle.
El candidato a alcalde, Willie Wilson, hizo lo mismo y calificó ese respaldo como un “gran error”.
García entiende cómo se siente.
“Le di a Lori Lightfoot la oportunidad de cumplir las promesas que hizo para obtener la reforma, y no las ha cumplido”, dijo García.
La queja predominante de García contra Lightfoot es su combatividad y su incapacidad para llevarse bien con la gente.
Incluso la concejal Susan Sadlowski Garza (10), que se retira, una de las aliadas más cercanas de la alcaldesa en el Concejo Municipal, dijo una vez que “nunca había conocido a alguien que hubiera logrado hacer enojar a todas las personas con las que entraba en contacto. Policía, bomberos, maestros, concejales, comercio, manufactura”.
El “estilo de gobierno de Lightfoot… ha sido conflictivo. Ella ha causado un conflicto innecesario. Ella ha llamado la atención de la gente en público en lugar de tener conversaciones difíciles en su oficina o en privado, donde todas estas cosas no están expuestas. La gente está cansada del conflicto, las disputas y las peleas que creen que son representativas de su estilo de gobernar”, dijo García.
“En lugar de ese conflicto combativo e innecesario que ella provoca, necesitamos a alguien que vaya a ser colaborador... Sentí mucha empatía por ella durante la pandemia porque nadie podría haber predicho lo difícil que sería. Sin embargo, cuando miro a Chicago hoy, es muy claro que se necesita un nuevo liderazgo”.
Con el crimen en la mente de los votantes de Chicago, García se unió al coro de candidatos a la alcaldía que prometieron despedir al Superintendente del Departamento de Policía de Chicago, David Brown.
“Tenemos el departamento, per cápita, más grande del país, pero no estamos produciendo los resultados que queremos. Todavía tenemos una tasa de resolución de homicidios sin resolver extremadamente alta. La gente tiene miedo de ir a la escuela, de ir a trabajar, de mandar a sus hijos a las calle. Eso tiene que cambiar”, dijo García.
Presionado sobre cómo detendría el éxodo masivo de policías, García habló sobre acelerar los programas de respuesta alternativos.
“Ser policía es un trabajo duro. Necesitamos reducir el alcance de su responsabilidad principal. Si ven a alguien robando la casa de su vecino, deben llamar a la policía y esperar que venga. Pero si sus vecinos están discutiendo, debería haber otros recursos. La violencia doméstica, los problemas de salud mental, las disputas domésticas… deben ser manejadas por personal [que no sea de la policía]”, dijo.
En total, 10 candidatos ahora buscan enviar a Lightfoot al retiro político. Pero sus antecedentes podrían ayudar a Chuy a destacarse como un candidato excepcionalmente calificado cuando se agote la avalancha de fondos de estímulo federal.
Es el único candidato que ha servido en cuatro niveles de gobierno: el Concejo Municipal, el Senado de Illinois, la Junta del Condado de Cook, y el Congreso.
“[Esta] no es [la elección de] 2015... He crecido significativamente. Lo más importante es que me he hecho mi trabajo en el Congreso... Poniendo mis relaciones a trabajar para el bienestar de la ciudad, vuelvo a casa para ser un líder efectivo y un buen administrador de Chicago”, dijo.
García construyó su reputación, en parte forjando una relación con el ahora acusado expresidente de la Cámara de Representantes de Illinois, Michael Madigan.
No se disculpa por esa alianza, diciendo que su “buena amiga”, la expresidenta de CTU, Karen Lewis, le pidió que respaldara a Madigan para ayudar a luchar contra la campaña del exgobernador Bruce Rauner.
García dijo que ya ha hablado con varios miembros veteranos de un Concejo Municipal en transición que creen firmemente que “deberían tener más voz y voto” en el próximo mandato.
