El exgobernador de Illinois Pat Quinn respaldó el jueves al representante de EE.UU. Jesús “Chuy” García para la alcaldía de Chicago, abandonando a la titular Lori Lightfoot, a quien apoyó hace cuatro años, y a Paul Vallas, a quien eligió en 2014 como su compañero de fórmula en su campaña para vice gobernador.
Lightfoot ha estado haciendo anuncios que intentan vincular a García con dos controversiales potencias políticas: el expresidente de la Cámara de Representantes de Illinois, Michael Madigan, y el exjefe de las criptomonedas, Sam Bankman-Fried.
Quinn no se dejó intimidar por esos ataques.
“El congresista García, desde el momento que lo conocí en la década de 1980 hasta el presente, es un hombre íntegro y de buen carácter. Hay gente en la política que puede que no te caiga bien. Pero tienen una posición y tienes que trabajar con ellos”, dijo Quinn.
Como gobernador, “tuve que tratar casi a diario con el orador Madigan. Estuve en total desacuerdo con él en muchos temas. Pero tuvimos que aprobar un presupuesto a través de la Legislatura estatal para ayudar a la gente. Entonces realmente siento que la integridad del congresista Chuy García es incuestionablemente positiva. Es un hombre de honestidad. Todo lo que he tratado con él —ha sido honesto y responsable ante los votantes”.
García anticipó que el respaldo de un político de larga duración que “vive un liderazgo basado en principios” le daría a su campaña un “impulso maravilloso”.
“En una carrera acalorada con tres personas compitiendo por el primer puesto, esto podría marcar la diferencia”, dijo García. “La gente respeta a Pat Quinn. Saben lo que representa. Es una buena marca con qué asociarse”.
Quinn dirigió campañas de petición para reducir el tamaño de la Cámara de Representantes de Illinois y crear la Junta de Servicios Públicos de los Ciudadanos.
Esos éxitos populistas catapultaron a Quinn a una carrera política que incluyó períodos como tesorero estatal, comisionado de la Junta de Revisión del Condado de Cook y vicegobernador.
Se convirtió en “gobernador accidental” al asumir el cargo después de que el gobernador Rod Blagojevich fuera acusado. Quinn ganó un mandato de cuatro años en 2010, pero el republicano Bruce Rauner le negó un segundo mandato en 2014.
En esa elección, Quinn eligió a Vallas como su compañero de fórmula. Cuando se le preguntó el jueves sobre no respaldar a Vallas para alcalde, Quinn dijo que García era una mejor opción.
“Él es un progresista y yo también”, dijo Quinn. “Es un reformador comprometido de más de 40 años”.
Quinn citó específicamente las “habilidades únicas de García para unir a las personas y defender a la gente común en los vecindarios, particularmente cuando se trata de aliviar los impuestos a la propiedad”.
“Chicago no puede tener una clase media fuerte a menos que revisemos fundamentalmente nuestro sistema de impuestos a la propiedad. Si va a ser una ciudad fuerte, debe reformar un sistema de impuestos a la propiedad que está fuera de control. Chuy tiene la mejor capacidad para hacer algo al respecto, tiene el compromiso de mantener el control de los impuestos”, dijo Quinn, de 73 años, quien hizo circular sus propias peticiones de nominación para alcalde antes de decidir no postularse.
Quinn respaldó a Lightfoot sobre la presidenta de la junta del condado, Toni Preckwinkle, en la segunda vuelta de la alcaldía de 2019. Habló en un mitin de Lightfoot, hizo una donación a su campaña y colocó un letrero de Lightfoot afuera de su casa en Galewood.
Pero Lightfoot no cumplió su promesa de campaña de luchar y apoyar un límite de dos mandatos para la alcaldía de Chicago y propuso vender los derechos del nombre corporativo de Soldier Field para financiar su renovación de $2 mil millones.
Ahora, Quinn llama a Lightfoot una decepción, diciendo que rompió la “promesa solemne” sobre los límites del mandato de la alcaldía y persuadió al Concejo Municipal para que aprobara un aumento automático de los aumentos anuales de impuestos a la propiedad de acuerdo a la tasa de inflación.
“Esa es una mala ordenanza. Para rendir cuentas a los contribuyentes, el alcalde y el Concejo Municipal deben abordar ese tema todos los años. De hecho, deberían reducir el impuesto a la propiedad como sea posible”, dijo Quinn. “Si vamos a ayudar a las familias y los negocios a poder vivir en Chicago, esa ordenanza debe ser derogada”.
Lightfoot dijo que los aumentos automáticos siguen siendo esenciales para socavar la crisis municipal de pensiones de $33 mil millones.
