La familia de un hombre que fue apuñalado hasta la muerte en un bar de West Town, en el norte de la ciudad, en febrero, está demandando al presunto atacante del hombre y también a la barra donde ocurrió el hecho.
Kenneth Paterimos, de 23 años, fue atacado por ser homosexual, denunció el lunes el abogado de la familia, John Corbett, hablando con periodistas durante una teleconferencia al anunciar el inicio de la demanda civil.
“La familia de Kenneth Paterimos tiene la esperanza de que, al hacer pública esta tragedia, con la que tendrán que vivir siempre, puedan traer cambios que detenga la violencia sin sentido dirigida hacia las personas de la comunidad LGBTQ”, dijo Corbett.
Entre otros argumentos, la demanda por homicidio culposo, presentada en la Corte del Circuito del Condado de Cook, alega que Richard’s Bar “no pudo proporcionar el personal necesario para proteger a la víctima contra la mala conducta de los clientes”. Ningún representante del bar, ubicado en 491 N. Milwaukee Ave., pudo ser contactado este lunes para hacer comentarios.
Thomas Tansey, un veterano de los Marines, está acusado de dos cargos de asesinato en primer grado por apuñalar mortalmente a Paterimos el 21 de febrero. No se ha establecido todavía una fecha para el juicio.
Los testigos le dijeron a la policía que Tansey había estado bebiendo solo en el bar durante horas cuando comenzó a discutir con Paterimos, un barista que había estado con amigos. Los dos hombres se pusieron a discutir fuerte y fueron separados después que se enfrentaran a golpes. Tansey fue expulsado del bar. Al parecer, Tansey apuñaló fuera del bar a Paterimos con un navaja utilitaria, confirmaron los fiscales. El abogado de Tansey ha argumentado que su cliente se estaba defendiendo de las agresiones.
Amigos y familiares de Paterimos han dicho que Tansey hizo comentarios homofóbicos sobre Paterimos, pero los fiscales no mencionaron tales insultos durante las primeras audiencias judiciales.
El lunes, la madre de Paterimos, Diona Bueno, habló sobre el dolor de perder a su hijo.
“Cada día es difícil”, dijo Bueno, quien vive en el vecindario de Austin. “Todos los días voy a su habitación y, en lugar de despertarlo, sólo puedo sentir su olor; espero poder seguir oliéndolo”.