Los policías respondieron a una llamada de disparos en el parque en la cuadra 2800 al sur de Sacramento Ave. alrededor de las 2 a.m. y encontraron a los hombres muertos con múltiples heridas de bala, dijo la policía.
Fueron identificados por la Oficina del Médico Forense del Condado de Cook como Adrián Granados, de 29 años, y Jordan Hernández, de 27 años. Ambos residentes del lado suroeste, Hernández vivía en el vecindario de Ashburn y Granados vivía en Chicago Lawn.
Los dos hombres estuvieron implicados en un accidente automovilístico ocurrido en la cuadra 3100 al sur de Kedzie Ave., ubicada a un cuarto de milla del parque, antes de que les dispararan, según las fuentes. No hay detenidos.
El parque estaba tranquilo el jueves por la tarde, con sólo unos cuantos visitantes. Un hombre y su perro jugaban a buscar un disco verde neón. Un par de patinadores se deslizaban por la pista de patinetas. Unos niños jugaban en los columpios del parque infantil.
Un trozo de cinta policial amarilla en la hierba, cerca de los campos de fútbol de pasto, era la única señal del ataque de primera hora de la mañana.
Consuelo Hernández, que vive cerca del parque, dijo que a mitad de la noche, la despertaron unos 10 disparos.
“Me levanté, pero no quise ni asomarme a la ventana ni nada”, dijo. “Ya habíamos escuchado disparos a lo lejos, pero nunca tan cerca”.
Consuelo Hernández, que no tiene relación con Jordan Hernández, víctima del tiroteo, vive en la zona desde 2005. Dijo que el parque y su cuadra son normalmente muy tranquilos. Dijo que ella y su marido suelen llevar a sus nietos a jugar al parque, pero que ahora lo pensarán dos veces antes de ir.
“Nos preocupa porque da miedo”, dijo Consuelo Hernández. “Ya no nos vamos a sentir tan seguros con lo que acaba de pasar”.
Otro residente, Israel Hernández, sin parentesco con Consuelo o Jordan Hernández, creció en La Villita. Dijo que estaba en el parque sobre las 9 de la noche el miércoles, horas antes del ataque. “Es una locura”, dijo, añadiendo que normalmente se siente seguro allí.
Pero dijo que, por desgracia, el vecindario estaba demasiado familiarizado con los incidentes de violencia armada.
“Sé que tengo que ser precavido porque cosas así pueden ocurrir en cualquier momento, ya sea de noche o de día”, afirmó.
El hombre de 30 años espera que incidentes como el del jueves no se generalicen en el parque.
“Es un buen parque”, afirmó.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago
