“El rock ha muerto” es una frase tan hecha como a veces obsoleta y hasta cliché, con las que algunos insisten en desaparecer a un género musical que no obedece a lo que piensen los demás porque sería negar su naturaleza.
Aunque el rock carece del apoyo que otros géneros que se repiten hasta el cansancio en los medios, las redes sociales y las plataformas, ya sea por gustos personales, algoritmos o necesidad de crear tendencias, el rock sigue vivo.
Y está llegando a las generaciones jóvenes, según lo que se vio el 29 de junio en el Huntington Bank Pavilion ubicado en Northerly Island.
Ahí las bandas mexicanas Caifanes y Café Tacvba realizaron su concierto en Chicago como parte de su gira conjunta por Norteamérica, el penúltimo concierto de la gira que concluyó el 30 de junio en Indianápolis.
El de Chicago fue un concierto en el que además de los ya esperados integrantes de la generación X, los que vieron los inicios de ambos grupos y crecieron con ellos, sorpresivamente se vio más que en otras presentaciones, a un público joven. Eran los que crecieron escuchando la música de sus papás y haciéndola propia, según las fotos compartidas por las bandas en sus redes sociales en toda la gira.
Este concierto, que ofreció la oportunidad de ver a las bandas como nunca, fue si no el más memorable de sus presentaciones en Chicago, sí uno de los más completos, mágicos y roqueros.
Esta presentación conjunta fue la más poderosa de ambas agrupaciones en más de 20 años. Había otra vibra, otra energía, una tan poderosa que parece se replicó en todas las fechas de esta gira.
Café Tacvba y Caifanes arriba del escenario demuestran cada uno en su rol el tiempo transcurrido y las enseñanzas de una carrera que entre ambos. Todos los temas que cantaron esa noche fueron coreados, cantados y bailados por todos los presentes. En la gira, Café Tacvba abrió cada concierto.
La banda, integrada por Rubén Albarrán (voz y guitarra), Emmanuel del Real (teclados y coros), Joselo Rangel (guitarra), Quique Rangel (bajo y contrabajo), además de Luis Ledezma “El Children” en la batería, deleitó con temas como “Futuro”, “La Bas(e)” tema escrito y dedicado a los migrantes, como lo expresó Rubén en el concierto y lo había dicho Joselo Rangel en entrevista, y dio una probadita de su “unplugged” de MTV de 2019 acompañados “virtualmente” por la orquesta.
También se dio vuelo con éxitos como “Las flores”, “Chilanga banda”, “Déjate caer”, “Eres”, “Chica banda”. Y volvió a cantar en esta gira su canción que habían dicho no volverían a cantar: “Ingrata”, ahora bautizada “Ingrato”, con algunos cambios en su letra para hacerla menos violenta —ya no dice “por eso ahora tendré que obsequiarte un par de balazos” sino un “par de besitos”— para no hablar ni mencionar, ni de broma, la violencia de género.
Caifanes, con Saúl Hernández (voz y guitarra), Alfonso André (batería), Diego Herrera (teclado, saxofón y percusiones), Rodrigo Bails (guitarra) y Marco Rentería (bajo), hizo uno de sus “rituales con la raza” —como siempre le dicen y dedican a cada concierto— más poderosos con temas como “La Negra Tomasa”, “Vamos a dar una vuelta al cielo”, “Viento”, “No dejes que” y “La célula que explota”.
También cantaron “Perdí mi ojo de venado”, “Aviéntame”, “Afuera” —con nuevos arreglos que destacan los riffs de Bails— y “Aquí no es así”.
Ambas agrupaciones no pasaron por alto que este fin de semana era la celebración del Mes del Orgullo LGBTQ+ y que un día antes fue el Día Internacional del Orgullo.
Por ello, Café Tacvba cantó su canción, “El baile y el salón”, y Caifanes entonó “Te lo pido por favor”, tema con el que además recordaron el legado del cantautor mexicano Juan Gabriel, fallecido en 2016.
En cada fecha de la gira, Café Tacvba y Caifanes presentaban una colaboración sorpresa. En Chicago, las colaboraciones fueron la participación de Bails de Caifanes en el tema “Déjate caer” de Café Tacvba y de Herrera en “Las flores”. A del Real le tocó unir talento con Caifanes en el tema “Viento”.
El cierre fue con ambas bandas y todos los integrantes en el escenario cantando “Pachuco”, éxito de otra banda mexicana de sus contemporáneas, Maldita Vecindad.
Esta gira se convirtió no sólo en un testimonio de que el rock en español sigue activo y vigente, que tiene a sus leyendas vivas musicales que tienen un legado de peso y que la estafeta del rock también debe pasar a nuevas generaciones: También al sólo hacerse por estos lares y no estar dicho si se hará en México, habla del poder económico de la comunidad latina y mayoritariamente en este caso, mexicana, en Estados Unidos.
Entonces, ¿el rock está muerto? Definitivamente no. Como dijo Alfonso André, baterista de Caifanes en entrevista, “el rock nunca va a morir; es una música promiscua que se mezcla con todo, va evolucionando y mutando”.
Quizá el rock en español no sigue modas ni crea tendencias en tiktok, pero sí hace leyendas. Es un estilo musical que, como otros, el norteño y el regional mexicano, entre los mexicanos en Estados Unidos siempre han sido relevantes, que permanecen y que pasa de generación en generación hasta ser clásicos.
En el caso del rock mexicano y el rock en español, hay para rato, gracias a agrupaciones que han permanecido en el tiempo como Café Tacvba y Caifanes, el público que los escucha y las próximas generaciones de músicos que continuarán con el legado.
