Cinco días después de que las gradas del parque de los Sox se transformaran en la escena de un crimen, la Policía de Chicago dice que aún no ha determinado cómo dos fanáticos fueron alcanzados por disparos.
Un portavoz policial dijo el miércoles que “no se ha descartado ninguna teoría”. El comisario de policía interino Fred Waller les había dicho a los periodistas a principios de esta semana que los investigadores “habían descartado casi por completo” la posibilidad de que los disparos procedieran del exterior del estadio, pero al parecer esa teoría vuelve a estar bajo consideración.
Mientras tanto, fuentes policiales le han dicho al Sun-Times que la policía está investigando si una de las víctimas llevó a escondidas una pistola al estadio y luego se la entregó a otra persona después de que se disparara accidentalmente.
La víctima, una mujer de 42 años de Montgomery, ha conseguido un abogado que emitió el martes un comunicado en el que niega haber introducido un arma de fuego en el Guaranteed Rate Field.
Scott Reifert, vicepresidente de comunicaciones de los White Sox, dijo que el equipo ha revisado el vídeo y no ha encontrado pruebas de que se introdujera un arma en el estadio.
La mujer y las personas que estaban con ella no activaron “alertas en los sistemas de seguridad” ni levantaron sospechas, dijo.
“Si la policía está encontrando algo diferente, o las pruebas los está llevando en una dirección diferente ahora, en última instancia, sería bueno para obtener alguna resolución”, dijo Reifert. “Sólo para que sepamos con lo que estamos tratando y lo que estamos tratando de resolver.”
La Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) se ha unido a la investigación, según un portavoz, que dijo que la ATF le está ayudando al departamento de policía proporcionando tecnología para analizar las pruebas balísticas recuperadas en el estadio.
Una mujer presente en el partido dijo que encontró una bala en su sudadera después del tiroteo. Se la dio a un médico que estaba atendiendo a las dos mujeres heridas, y el médico dijo que se la había pasado a la policía.
Los Sox recibirán a los Tigers de Detroit el viernes por la noche, exactamente una semana después de que el tiroteo diera un giro a la pésima temporada del equipo y ensombreciera las especulaciones sobre un posible traslado.
Las dos víctimas fueron alcanzadas por las balas como a las 7:30 p.m. el viernes pasado mientras estaban sentadas cerca de la sección 161 durante el partido de los Sox contra los Oakland Athletics, según un reporte policial obtenido por el Sun-Times.
La mujer de 42 años sufrió dos heridas de bala en la pierna derecha: una de las balas le atravesó el muslo y la otra la impactó en la pantorrilla y se le alojó en la espinilla, según el reporte.
Otra mujer, de 26 años, fue rozada por una bala en el vientre y se negó a recibir tratamiento médico.
Una tercera mujer dijo que sintió un pinchazo en la espalda y encontró una bala en la gorra de la sudadera que llevaba atada a la cintura, según el reporte policial.
Ninguna de las víctimas o testigos mencionados en el reporte policial pudo proporcionar a los agentes una descripción del tirador.
El juego siguió jugándose, a pesar de que la policía pidió inicialmente que se detuviera “por razones de seguridad pública”, según el reporte.
“Muchos de los comentarios que hemos recibido de la gente es que entienden que se trata de algo extraño y que parece ser un caso aislado”, dijo Reifert. “Y que el estadio sigue siendo un lugar divertido y seguro para disfrutar de un partido”.
