Campesino, guajiro, sonero, trovador. A sus 77 años de edad y con toda ya una vida “rayando” la guitarra, Eliades Ochoa no sólo se ha dedicado a cantar su vida, también a contarla.
“Hay momentos en los que el público me ha hecho sentir embajador de la música cubana. Y no es algo increíble, es creíble porque lo estamos viendo y viviendo. Y confieso que cuando me dejan un ‘ratico’ solo, me pongo a pensar de dónde vengo y adónde voy”, dijo en entrevista a La Voz.
Es de un origen sencillo, pero con un talento que lo ha llevado a conocer el mundo. El campesino y guajiro comenzó a tocar la guitarra a los seis años de edad de manera autodidacta y empírica en La Loma de la Avispa en Santiago de Cuba, en la casa de sus padres.
Y es hasta la fecha uno de los músicos cubanos más respetados y que sigue abrazando su música y oficio sin alejarse de su raíz.
Siendo un “guajiro trovador”, en 1962 pasó a tocar profesionalmente formando parte del programa de música campesina, “Trinchera agraria”, para trabajar después en La Casa de la Trova en Santiago de Cuba.
En 1978 se integró al Cuarteto Patria y desde la década de los 90 es integrante del legendario Buena Vista Social Club, grupo que reúne a grandes leyendas y músicos cubanos, siendo embajadores y representantes de su música y cultura en el mundo.
En solitario, tiene más de una treintena de discos; el más reciente es “Guajiro”, editado en 2023 y que es el que está presentando en su actual gira por Estados Unidos. Lo definió como un disco con sonido más contemporáneo, con trompetas, percusión y contrabajo.
Como invitados en el disco tiene al panameño Rubén Blades en el tema “Pajarito voló”, y a los estadounidenses, la cantante Joan As Police Woman en “Creo en la naturaleza” y al armonicista Charlie Musselwhite en “West”.
“Para mí, ‘Guajiro’ si no es mi mejor disco, es uno de los mejores. Ya lo escucharán en vivo”, adelantó sobre su concierto del 8 de marzo en el Symphony Center, que marcará su debut en dicho recinto.
“Es entonces que se le puede oír mejor, porque el público puede recibir la alegría de la música y de la cercanía del artista. Además está la fuerza interpretativa de los compañeros músicos que me acompañan con todo el deseo y la alegría de hacer lo que hacemos. Eso me tiene contento”, compartió.
Siendo una figura que hace música con el afán de compartir y que ha estado presente por varias décadas, Ochoa enfatizó que, hacer música y cantar no se trata de hacerse sólo famoso.
“Una cosa es llegar y mantenerse, eso es lo difícil. Pero hasta ahora, la música cubana tradicional me ha dado esa posibilidad y aquí estamos”, dijo.
Y estar y ser más allá de los premios. “Siempre digo que el premio gigante es ver al público, su alegría, la aceptación, verlo aplaudiendo es lo que me llena de fuerza”, agregó.
Hacia dónde va Eliades Ochoa a más de 70 años de haber comenzado a tocar, es a seguir haciendo música, a pararse en el escenario.
“Están pasando muchas cosas buenas”, agregó, no sólo con la gira, sino con el disco, también en proyectos que permiten conocer más a Eliades, su historia y música, como es el libro de Grisel Sande, “De la trova para el mundo”.
Después de Chicago, el recorrido de Eliades Ochoa con su “Guajiro”, seguirá el 9 de marzo en St. Louis y el 16 de marzo en Miami.
