Una mujer que vive en un refugio para migrantes en Chicago declaró que el pasado noviembre le pidió a un miembro del personal un vaso de leche para alimentar a uno de sus bebés. En su lugar, el empleado le hizo preguntas incómodas y otro empleado varón le dijo que les enseñara sus pechos. La mujer dijo que lo hizo porque se sintió obligada.
“Esa persona me dijo que me bajara la camisa y que le mostrara mis partes íntimas, la cual yo me vi acorralada, como amenazada … eso me hizo acordar [la] violencia que llevé cuando venía en el camino”, escribió la mujer en español en una queja que presentó durante su estancia en el Hotel Chicago Lake Shore, en el sur de Lake Shore Drive.
La denuncia es una de las 248 quejas presentadas por migrantes alojados en más de dos docenas de refugios gestionados por la Municipalidad entre junio de 2023 y enero. WBEZ obtuvo las quejas a través de una solicitud de registros públicos a la Oficina de Gestión de Emergencias y Comunicaciones de Chicago (OEMC, por sus siglas en inglés).
Miles de migrantes —la mayoría de Venezuela— han sido enviados aquí desde los estados fronterizos del sur, principalmente por el gobernador de Texas, creando una crisis humanitaria y financiera continua en Chicago. La Municipalidad abrió los refugios específicamente para alojar a la afluencia de migrantes.
El documento de casi 500 páginas obtenido por WBEZ ofrece una ventana a lo difícil y caótica que puede ser la vida dentro de estos refugios, con quejas que van desde comentarios racistas a la mala comida y falta de limpieza. La mayoría de las quejas, alrededor del 60%, se refieren a los miembros del personal de Favorite Healthcare Staffing, una empresa de Kansas contratada por la Municipalidad para gestionar sus albergues. Alrededor del 18% de las quejas se refieren a las instalaciones y el 15% a otros residentes. Los migrantes pueden presentar quejas anónimas mediante un código QR para el teléfono móvil que les dirige a un formulario en línea.
Las quejas contra el personal incluyen acusaciones de humillaciones y trato hostil, y algunos migrantes afirman que se les trata de forma diferente por su orientación sexual.
“Sentí que desde hace días que me estaban tratando diferente ya que soy el único gay de mi cuarto”, escribió un migrante en español, añadiendo que el personal quería echarlo de un albergue llamado Social Club en el Loop.
Otro migrante escribió en español: “Esta trabajadora maltrata a todos los residentes. Nos dice malas palabras. Es racista”.
La Municipalidad dice que investiga cada queja
Un portavoz de la OEMC dijo que un equipo investiga cada queja y puede enviar una recomendación por escrito al Departamento de Familia y Servicios de Apoyo (DFSS, por sus siglas en inglés) sobre cómo responder.
“La Municipalidad no tolera la discriminación en ninguna de sus formas y las quejas de esta índole que son fundadas dan lugar a medidas correctivas que pueden incluir la desmovilización de la misión”, escribió la OEMC en un comunicado a WBEZ.
La Municipalidad contrata una serie de servicios en los refugios —preparación de alimentos, recolección de basura y asistencia envolvente. Favorite Healthcare Staffing tiene el mayor contrato de refugio. Sus funciones en la gestión de los refugios incluyen supervisores de sitio, conserjes y administradores de refugio. En octubre, la empresa recibió una ampliación de contrato de $40 millones.
Keenan Driver, vicepresidente principal de Favorite Healthcare Staffing, dijo a WBEZ en un correo electrónico que las quejas se investigan, verifican y abordan, incluso resultando hasta la terminación.
“Favorite no tolera ni acepta conductas discriminatorias o abusivas por parte de su personal, y espera que todo el personal trate a los residentes del refugio con respeto y cuidado”, escribió Driver. Dijo que la empresa exige al personal que participe en cursos de formación contra el acoso y para desescalar tensiones.
Las quejas también revelan que a algunos miembros del personal se les recomendó su traslado a otros refugios o se les despidió. A veces los migrantes son trasladados a otros refugios.
En un caso que implicaba a un miembro del personal acusado de expulsar a una migrante y tirar sus cosas a la calle mientras llovía, un gestor escribió: “El coordinador cree que la consejería verbal será ideal para recordarle al personal de las interacciones adecuadas con los residentes.”
También hay casos en los que no hay suficiente información para investigar una queja o es demasiado difícil ponerse en contacto con el migrante que la escribió.
La vida dentro de los refugios para migrantes
Cuando Margarita llegó por primera vez a un refugio del lado norte con su marido y su hija de 7 años en enero, el número de personas hacinadas la conmocionó.
“Tanta gente que no conoces, sobre todo los que tenemos niños. Quería salir volando”, dice Margarita, una migrante venezolana de 39 años.
Muchos migrantes como Margarita no saben qué esperar cuando entran en el sistema de acogida de Chicago tras un largo y peligroso viaje a través de dos continentes y una peligrosa selva. WBEZ no utiliza los apellidos de los migrantes ni los nombres de los refugios donde algunos se alojan para proteger su privacidad.
Margarita y otros dicen que las normas de los refugios incluyen largas colas para ducharse y horarios de comida. Las familias no pueden ocupar demasiado espacio con ropa y otras pertenencias. Y tienen un toque de queda.
Desde agosto de 2022, Chicago ha recibido a más de 36,000 migrantes, la mayoría procedentes de Venezuela. En una maniobra política, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ha gastado millones de dólares de los contribuyentes estatales para transportar en autobús y avión a migrantes por todo el país, incluso a municipalidades lideradas por demócratas como Chicago, en un ataque a sus posturas sobre la bienvenida a migrantes.
La descoordinación de sus llegadas, junto con el enorme volumen de migrantes que llegan a la ciudad, a menudo sin ropa ni calzado adecuados, ha supuesto una enorme presión para la Municipalidad y las familias que han emprendido el viaje.
Sin permisos de trabajo, la gente tiene dificultades para encontrar empleo y vivienda permanente. Los migrantes se han acampado en comisarías y en el Aeropuerto O’Hare. Los funcionarios de la Municipalidad, que han improvisado una red de refugios por toda la ciudad (desde escuelas públicas cerradas hasta hoteles reconvertidos), se han esforzado por proporcionar recursos en circunstancias que ningún alcalde podría haber previsto.
En diciembre, un niño de 5 años murió de septicemia en un refugio de Pilsen. Ese mismo día, una madre denunció que sus hijos estaban enfermos y necesitaban atención inmediata. Dijo que se llamó a una ambulancia, pero que luego se canceló, y que su hija había sido hospitalizada dos veces por neumonía.
Chicago tiene 23 refugios activos que actualmente alojan a 12,000 personas. Tras los aplazamientos debidos al tiempo invernal, el alcalde Brandon Johnson está aplicando una política de 60 días de estancia. La primera oleada de desalojos tendrá lugar a mediados de marzo.
WBEZ no ha podido entrar a los refugios, pero habló con más de una docena de migrantes que los describen como sobrepoblados y sucios, incluyendo quejas sobre baños sucios, comida podrida e infestaciones de insectos.
Los residentes afirmaron que no presentan quejas por miedo a las represalias del personal, que según algunos migrantes pueden incluir el traslado a un lugar mucho más poblado y la denegación de servicios o necesidades básicas.
A veces los migrantes dicen que reciben lo que necesitan, pero otros se sienten humillados e ignorados, dependiendo de quién esté trabajando. Dependen del personal para un vaso de leche, medicinas o productos de higiene adicionales.
“A mi me vino mi menstruación … y como no tengo [dinero] tuve que decirle a una compañera que me regalara una toalla. Ella me regaló tres”, cuenta Rosbelis, una madre soltera venezolana de 46 años, que asegura que en su refugio no le ofrecían ninguna. “Después de eso, tuve que usar papel de baño”.
Piden más acceso a los refugios
Los voluntarios y organizaciones locales también tienen acceso limitado a los refugios. Pero varios trabajadores sociales autorizados en un refugio de la Avenida Foster, un antiguo edificio de los Marines, afirman que han sido testigos de comportamientos inadecuados por parte del personal.
“Las personas que están allí trabajando directamente en el shelter, no sé si no están preparados o si la cantidad de horas que trabajan allí hacen que se sature la tolerancia con las personas y lo que hacen [es] tratarlos mal —y aprovecharse de su poder”, dijo Cristian Villamizar en español. Es asistente social de Onward Neighborhood House, en el barrio de Belmont Cragin de Chicago.
El alcalde Johnson ha sido criticado por no contratar a suficientes organizaciones locales para dotar de personal a los refugios. Algunos defensores dicen que, cuando el personal viene de fuera de Illinois, no sabe cómo orientar a los migrantes o remitirlos a organizaciones de ayuda. Los funcionarios de la Municipalidad dicen que están trabajando con Favorite Healthcare Staffing para dar prioridad a la contratación local cada vez que sea posible.
En noviembre, el gobierno federal y estatal se asoció con funcionarios de la Municipalidad y agencias comunitarias, incluyendo el Proyecto Resurrección, una organización sin fines de lucro de Chicago, para ayudar a los migrantes elegibles con permisos de trabajo. Otros migrantes también han recibido ayudas para la vivienda.
Pero el personal de Onward dice que quiere ver a grupos con sede en Chicago dotando de personal a estos refugios. Dicen que las familias necesitan apoyo de salud mental y ayuda para aprender a desenvolverse en su nueva ciudad y sistema de educación.
“La Municipalidad tiene que examinar seriamente esta situación”, dijo Mario García, director ejecutivo de Onward Neighborhood House. “La situación no cambiará mientras las mismas personas sigan trabajando en estos refugios”.
Traducido por La Voz Chicago, la sección bilingüe del Sun-Times.
Adriana Cardona-Maguigad cubre inmigración para WBEZ. Síganla en X @AdrianaCardMag.
