Después de meses de cabildear para mantener su trabajo, la Dra. Allison Arwady, la comisionada de salud que guió a Chicago durante la pandemia de COVID-19, fue despedida el viernes sin tener la oportunidad de reunirse con el alcalde Brandon Johnson.
El despido fue confirmado por Ronnie Reese, portavoz de Johnson.
Arwady se enteró de la decisión poco después de las 5 p.m., una fuente le dijo al Sun-Times. Ella nunca se ha reunido con Johnson, dijo la fuente.
Otra fuente familiarizada con la situación dijo que Rich Guidice, jefe de gabinete de Johnson, le dio la noticia a Arwady, quien no tuvo la oportunidad de despedirse de su personal.
En un hilo de Twitter publicado el viernes por la noche, Arwady describió su mandato al frente de la agencia de salud municipal como el “mejor capítulo de su vida (hasta la fecha)”, diciendo que era “crítico” que el departamento de salud recibiera los fondos que necesitaba para “permanecer fuerte.”
“Mi principal prioridad siempre ha sido proteger la salud de todos los residentes de Chicago”, escribió Arwady. “La salud pública siempre debe estar impulsada por la ciencia y la medicina, nunca por la política… Como médico y líder en salud pública, mi trabajo para promover la salud, la equidad y la justicia, particularmente para aquellos en los márgenes, continuará”.
La exalcaldesa Lori Lightfoot aplaudió las contribuciones que hizo su comisionada de salud pública a la infraestructura de atención de salud mental de Chicago, la respuesta al virus MPX y la crisis de opioides en una declaración escrita el viernes por la noche.
“[Arwady] es una héroe. Todos tenemos una deuda con ella por su compromiso incansable con los datos, la ciencia y mantenernos a todos a salvo durante una de las peores pandemias que el mundo ha visto”, escribió Lightfoot. “La Dra. Arwady es una líder nacional y tenemos la suerte de que eligió ser servidora pública en nuestra ciudad. Mi admiración y amor por ella son ilimitados”.
En un debate poco antes de la segunda vuelta de las elecciones de abril, Johnson insistió en que no mantendría a Arwady si ganaba las elecciones. En entrevistas posteriores, dijo que planeaba sentarse con ella, pero notó su disgusto con ella por el envío de estudiantes de regreso a las Escuelas Públicas de Chicago en medio de preocupaciones por el COVID-19.
Una experta en enfermedades infecciosas y pediatra, a quien Lightfoot nombró para el puesto del Ayuntamiento, Arwady le dijo al Sun-Times en abril que le gustaría continuar con Johnson.
“Tengo la esperanza de quedarme en mi puesto”, le dijo al periódico en abril. “Espero con ansias la conversación”.
La comisionada de salud pública supervisa una serie de programas que incluyen salud mental, adicción a los opioides, VIH y otras enfermedades infecciosas y la protección ambiental.
El jueves, la Junta de Salud de Chicago, un panel asesor, emitió una carta en la que promocionaba los logros de la agencia bajo el liderazgo de Arwady en una carta a Johnson, aunque no la respaldaron específicamente para mantener su trabajo.
“[Arwady] es una profesional de la salud pública que guió la respuesta de la Municipalidad a la pandemia de COVID y ha trabajado incansable y diligentemente con su equipo para transformar la forma en que la Ciudad de Chicago aborda la salud mental y de comportamiento, así como las amenazas a la salud física y el bienestar”, leía la carta.
La junta también enumeró lo que quiere ver en los candidatos considerados para comisionado de salud, como experiencia con la equidad racial y el compromiso con la transparencia incluso en medio de la falta de progreso, entre otras cosas.
Pero después del despido de Arwady, la presidenta de la junta, Janet Lin, emitió su propia declaración, enfatizando que solo hablaba por sí misma.
Linn hizo un llamado a la Municipalidad para que “eleve y apoye de todo corazón” al departamento de salud en el futuro.
“Nunca es un buen sentimiento cuando se despide a alguien que se ha desempeñado como servidora pública para el mejoramiento de nuestra sociedad civil y bajo circunstancias difíciles en los años recientes”, dijo Lin en un correo electrónico al Sun-Times el viernes por la noche. “Dicho esto, también es importante que nos mantengamos enfocados en apoyar la continuación de áreas importantes de necesidad y el progreso que se ha logrado, que se basa en trabajar hacia la salud pública equitativa para los residentes de Chicago”.
Arwady también ha estado en la mira del poderoso Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés), un importante patrocinador y aliado de Johnson.
Los maestros sintieron que Arwady envió a los estudiantes de regreso a los salones demasiado pronto ya que COVID continuaba infectando a los habitantes de Chicago.
Las tácticas duras de Lightfoot de amenazar con retener el pago de los maestros y dejarlos fuera de las clases en línea durante la disputa de regreso a la escuela también dañaron la reputación de Arwady entre los educadores.
Arwady trató de minimizar esas tensiones, llamándolas “diferencias de opinión”.
Arwady y Lightfoot también provocaron la ira de los activistas ambientales, especialmente en las primeras etapas de la reubicación planificada de la operación de trituración de automóviles, General Iron, en el lado sureste. Arwady finalmente bloqueó la operación, pero eso fue después de muchas protestas, incluyendo una huelga de hambre de un mes.
“Nunca debería haber sido necesaria una huelga de hambre de 30 días” para influir a los funcionarios de salud pública”, dijo Olga Bautista, quien encabeza el grupo ambiental comunitario Southeast Environmental Task Force.
